Generalidades
Una recaída es volver a consumir alcohol o drogas después de haberlo dejado. Dejar de consumir sustancias, ya sea alcohol o drogas, puede ser muy difícil. Y tener una recaída es común.
Una vuelta al consumo a corto plazo se denomina a veces lapso. Y una vuelta al consumo a largo plazo puede denominarse recaída.
Si vuelve a consumir alcohol o drogas, eso no significa que usted o su tratamiento hayan fracasado. Puede significar simplemente que se ha equivocado. Si este es su caso, acepte el error y siga adelante. Trate de averiguar por qué volvió a consumir. Luego haga cambios en su vida que puedan ayudarle a dejar el hábito para siempre. También es posible que necesite más tratamiento u otro tipo de tratamiento. O puede que necesite más tiempo en grupos de apoyo como Narcóticos Anónimos o Alcohólicos Anónimos.
Es posible que tenga varias recaídas, tanto si ha intentado dejar de consumir sustancias por su cuenta como si ha tenido tratamiento. A medida que pasa el tiempo, las recaídas suelen ocurrir con menos frecuencia y son más breves. Algunas personas nunca tienen una recaída.
¿Qué puede desencadenar una recaída?
Los desencadenantes son factores que podrían provocarle una recaída en el alcohol o las drogas. Pueden incluir:
- Determinadas personas. Encontrarse con personas con las que bebía o consumía drogas podría desencadenar recuerdos y el deseo de volver a consumir alcohol o drogas. Si se reúne con estas personas, podrían alentarlo a consumir alcohol o drogas.
- Determinados lugares. Entrar en un bar, en la casa de un amigo o ir a un parque donde bebía o consumía drogas podría desencadenar un antojo. Incluso estar en el mismo tipo de área podría provocar antojos.
- Determinadas cosas. Podría relacionar objetos con el consumo de alcohol o drogas. Por ejemplo, ver una jeringa o una pipa podría desencadenar recuerdos.
- Determinadas fechas. Determinados días u horas del día, días festivos o el clima podrían desencadenar un antojo. Depende de sus recuerdos del consumo de alcohol o drogas.
- Determinados olores, sonidos y sensaciones. El olor de la droga, el cigarrillo o un alimento podría ser un desencadenante. Un día lluvioso, una canción o un programa de televisión también pueden provocar un antojo.
- Estrés. El estrés es un desencadenante importante. Cualquier situación en la que sienta estrés aumenta las probabilidades de una recaída.
- Determinadas situaciones. Las actividades sociales, las fiestas o estar solo también podrían hacerle pensar en tomar un trago o buscar drogas.
Puede ser útil anotar los desencadenantes y pensar en ellos. ¿Hay algunos que tengan más probabilidades de provocar una recaída que otros? Evalúe los desencadenantes desde los más propensos a provocar una recaída hasta los menos propensos a provocar una recaída.
Ahora puede elaborar un plan para gestionar los desencadenantes. Es posible que deba evitar ciertas situaciones o personas o mantenerse alejado de un lugar o actividad favoritos. Si sabe que no puede evitar un desencadenante, lleve a un amigo para que lo apoye.
¿Cómo puede lidiar con una recaída?
Si comienza a consumir drogas o alcohol de nuevo, siga estos pasos.
- Deje de beber o consumir la droga inmediatamente.
Deshágase de la sustancia. Viértala por el fregadero o tírela al inodoro. Si puede, aléjese de la situación en que se encuentra.
- Mantenga la calma.
Recuerde su plan acerca de qué hacer si tiene una recaída. Recuérdese a sí mismo lo duro que ha trabajado para mantenerse sobrio o limpio.
- Obtenga apoyo de inmediato.
Llame a las personas enumeradas en su plan de recaída o vaya a los lugares que detalla su lista.
- Piense en lo que ocurrió.
Cuando haya dejado de beber o consumir drogas, averigüe qué provocó su recaída. Piense en cómo puede evitar que ocurra de nuevo. Ponga esto en su plan.