Qué sucede
La evolución de la artritis reumatoide es difícil de predecir. Suele progresar lentamente, en el transcurso de meses o años. En algunas personas no empeora, y los síntomas permanecen más o menos sin cambios. Pero en casos raros, los síntomas aparecen rápidamente, en unos días.
Los síntomas pueden aparecer y desaparecer. Usted puede tener momentos en su vida cuando el dolor articular se va por sí solo durante un tiempo. Esto se llama remisión.
Si la enfermedad progresa, el dolor articular puede restringir movimientos simples, como su capacidad para asir cosas, y actividades diarias, como subir las escaleras. Es una causa común de incapacidad permanente. Pero un tratamiento oportuno puede controlar la enfermedad y evitar que empeore.
Es más probable que la artritis reumatoide empeore cuando:
- Un análisis de sangre de anticuerpos reumatoideos es positivo.
- Un análisis de sangre para el anticuerpo péptido cíclico citrulinado (CCP, por sus siglas en inglés) es positivo.
- La enfermedad no responde a la terapia.
- Se forman bultos (nódulos) rápidamente.
- Muchas articulaciones se ven afectadas.
- Las radiografías muestran pérdida temprana de hueso o de cartílago.
Daño articular
La inflamación continua causada por la artritis reumatoide afecta los tejidos que recubren las articulaciones. Produce un deterioro del cartílago y afloja ligamentos y tendones que sostienen las articulaciones. La destrucción articular que resulta puede conducir a deformación de las articulaciones.
El dolor, la rigidez, la fatiga y los síntomas en todo el cuerpo (sistémicos) de la artritis reumatoide pueden ser incapacitantes. Con el tiempo, la deformidad causada por la enfermedad puede llevar a dificultades con actividades diarias. También pueden producirse problemas articulares específicos más tarde en la evolución de la enfermedad.
Pueden deformarse manos y muñecas y pies. Las manos son el lugar más común de deformidades.
La inflamación de las rodillas, si no se controla con tratamiento, puede producir erosión de cartílagos y más tarde puede llevar a la necesidad de una artroplastia de rodilla.
La artritis reumatoide también puede dañar la columna cervical o el cuello. Este daño puede limitar la facilidad con la que puede mover el cuello. En casos poco comunes, el daño puede comprimir un nervio o afectar la médula espinal y causar entumecimiento, dolor, debilidad o parálisis de los brazos o las piernas.
Otros problemas
En unos pocos casos graves, la enfermedad puede dañar , como los ojos o los pulmones.
Las personas que tienen artritis reumatoide parecen presentar depósitos de placa en las arterias (aterosclerosis) antes que las personas que no tienen artritis reumatoide. La inflamación puede desempeñar un papel en la rapidez con que se forma la placa. Cuando la placa se forma en las arterias del corazón, se llama enfermedad de las arterias coronarias (CAD, por sus siglas en inglés) y aumenta el riesgo de ataque cardíaco. Cuando la placa se forma en las arterias del cuello, aumenta el riesgo de ataque cerebral.
La artritis reumatoide y algunos de los medicamentos que se usan para tratarla pueden aumentar el riesgo de osteoporosis.
Es común que las personas con artritis reumatoide se sientan deprimidas. Estos sentimientos pueden ser causados por el dolor y la incapacidad progresiva.
La mayoría de las mujeres con artritis reumatoide pueden quedar embarazadas y tener un bebé sano.