Generalidades de la afección
¿Qué son los ataques de pánico y el trastorno de pánico?
Un ataque de pánico es miedo o ansiedad repentinos e intensos que pueden provocarle falta de aire o mareo, o hacer que tenga palpitaciones. Puede sentirse fuera de control. Algunas personas creen que están teniendo un ataque al corazón o que están a punto de morir. Un ataque suele durar de 5 a 20 minutos. Pero puede durar incluso más, hasta unas pocas horas. Usted tiene la máxima ansiedad aproximadamente 10 minutos después de que comienza el ataque. Si estos ataques suceden a menudo, se los llama trastorno de pánico.
Los ataques de pánico pueden ser aterradores y tan graves que pueden interferir en sus actividades diarias. El tratamiento puede ayudar a la mayoría de las personas para que tengan menos síntomas, o incluso detener los ataques.
Más mujeres que hombres tienen ataques de pánico.
¿Qué causa los ataques de pánico y el trastorno de pánico?
Los expertos no están seguros de qué es lo que provoca los ataques de pánico y el trastorno de pánico. Pero el cuerpo tiene una respuesta natural cuando está estresado o en peligro. Acelera el corazón, hace que respire más rápido y le da una descarga de energía. Esto se llama respuesta de lucha o huida. Lo prepara para hacer frente al peligro o huir de él. Un ataque de pánico se produce cuando se presenta esta respuesta cuando no hay peligro.
Los ataques de pánico y el trastorno de pánico pueden ser causados por un desequilibrio de las sustancias químicas del cerebro o cuando existen antecedentes familiares de trastorno de pánico. Algunas veces suceden sin una causa clara.
Los ataques de pánico también pueden ser provocados por:
- Un problema de salud, como la tiroides hiperactiva (hipertiroidismo), o problemas cardíacos o respiratorios.
- Depresión u otro trastorno del estado de ánimo.
- Abuso del alcohol.
- Consumir demasiada nicotina o demasiada cafeína.
- Tomar ciertos medicamentos, como los utilizados para tratar el asma y problemas del corazón.
- Usar drogas ilegales, como la marihuana o la cocaína.
- Vivir con altos niveles de estrés durante mucho tiempo.
Usted tiene una mayor probabilidad de tener trastorno de pánico si alguno de sus padres tiene depresión o trastorno bipolar.
¿Cuáles son los síntomas?
Los síntomas de un ataque de pánico pueden incluir:
- Una sensación de miedo, terror o ansiedad intensos.
- Dificultad para respirar o respiración muy rápida.
- Dolor u opresión en el pecho.
- Latido del corazón acelerado o que no es regular.
- Sudoración.
- Náuseas o malestar estomacal.
- Mareo y temblores.
- Entumecimiento u hormigueo.
Los síntomas del trastorno de pánico podrían incluir:
- Ataques reiterados de angustia cuando no hay razón para la reacción de pelear o huir.
- Cambio de actividades diarias debido a que le preocupa que vaya a tener otro ataque.
Algunas personas tienen miedo de estar en multitudes, de hacer una fila o de entrar a centros comerciales. Tienen miedo de tener otro ataque de pánico o de no poder escapar. Este problema se llama agorafobia. Puede ser tan grave para algunas personas que nunca salen de su hogar.
Las personas con trastorno de pánico suelen tener depresión al mismo tiempo.
¿Cómo se diagnostican los ataques de pánico y el trastorno de pánico?
Su médico le preguntará acerca de su historial de salud y le hará un examen físico. El examen podría incluir escucharle el corazón, revisar la presión arterial y encargar análisis de sangre para detectar otras causas de su problema.
¿Cómo se tratan?
El tratamiento para los ataques de pánico y el trastorno de pánico incluye asesoría psicológica, especialmente la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés). Los medicamentos también podrían ayudar. El tratamiento puede ayudar a la mayoría de las personas a controlar o incluso detener los ataques. Pero los síntomas pueden volver, sobre todo si se detiene el tratamiento demasiado pronto.
El tratamiento temprano de los ataques de pánico es muy importante. Puede prevenir otros problemas relacionados con el trastorno de pánico. Estos problemas incluyen depresión, trastornos de ansiedad y abuso de sustancias.