Ir al menú principal Ir al contenido principal Ir al pie de página Para Medicare Para Proveedores Para Agentes Para Empleadores English Para individuos y familias: Para individuos y familias Médica Dental Otros seguros complementarios Explorar cobertura a través de tu empleador Cómo comprar seguros de salud Tipos de seguro dental Período de Inscripción Abierta vs. Período Especial de Inscripción Ver todos los temas Comprar planes de Medicare Guía para miembros Buscar un médico Ingresar a myCigna
Inicio Centro de información Biblioteca del bienestar La nutrición en el tratamiento del cáncer información para los pacientes [NCI]

La nutrición en el tratamiento del cáncer información para los pacientes [NCI]

Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.

¿Qué es la nutrición?

¿Qué es la nutrición?

La nutrición es el consumo de alimentos sólidos y líquidos, y el uso que hace el cuerpo de esos alimentos. Una buena nutrición es importante para tener una salud óptima. Una alimentación o dieta saludable incluye una variedad de alimentos sólidos y líquidos que contienen los nutrientes (vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y agua) que el cuerpo necesita.

La alimentación recomendada para las personas con cáncer a veces no coincide con lo que se considera saludable

Las personas con cáncer a menudo necesitan una alimentación que se aleja de lo que consideramos saludable. Para la mayoría de las personas, una alimentación saludable incluye muchos cereales integrales, frutas, verduras y hortalizas; cantidades moderadas de proteínas; y poca cantidad de azúcar, bebidas alcohólicas, sal y grasas no saludables.

Sin embargo, si tiene cáncer, quizás necesite consumir proteínas y calorías adicionales. Para lograr esto, tal vez deba comer más carne, pescado, huevos, productos lácteos, grasas y proteínas de origen vegetal que alguien que no tiene cáncer. Las proteínas y calorías adicionales le ayudarán a mantenerse fuerte para afrontar los efectos secundarios del tratamiento, prevenir la desnutrición y lograr una mejor calidad de vida (en la medida de lo posible).

Consultar con un nutricionista (dietista) puede ser útil para asegurarse de que consume la cantidad correcta de proteínas y calorías durante el tratamiento del cáncer y después de este. El nutricionista trabajará con usted, su familia y el resto del equipo médico con el fin de orientar y dirigir su alimentación.

Consulte el buscador en inglés de profesionales autorizados de la Academia de Nutrición y Dietética de los Estados Unidos para encontrar un nutricionista; si desea un profesional que hable español, tiene la opción de filtrar la búsqueda por idioma.

Planifique su alimentación antes del tratamiento del cáncer

Durante el tratamiento, es posible que sienta cansancio y malestar, por lo que quizás le sea difícil ir a comprar los alimentos, cocinarlos y comerlos. Planificar con anterioridad lo que va a comer, facilitará su alimentación durante el tratamiento.

Para planificar las comidas y las meriendas (refrigerios) antes del tratamiento siga los consejos que se indican a continuación.

Consejos para la compra de alimentos:

  • Llene el refrigerador, la despensa y el congelador con alimentos saludables, en especial aquellos ricos en proteínas y calorías.
  • Tenga disponibles alimentos que necesiten poca o ninguna cocción, como los alimentos congelados.
  • Haga la compra en línea y guarde una copia de la lista para que sea más fácil volver a pedirlos.
  • Compre en supermercados que ofrezcan los servicios de entrega a domicilio y compras desde casa.

Consejos sobre la preparación de las comidas:

  • Tenga siempre disponible bocadillos fáciles de digerir para cuando no se sienta bien, por ejemplo, pretzels y galletas saladas.
  • Cocine los alimentos por adelantado, guárdelos en porciones del tamaño de una comida y congélelos.

Consejos sobre la ayuda de otras personas:

  • Pida a sus amigos o familiares que le ayuden con la compra de los alimentos y la preparación de estos durante el tratamiento.
  • Si le ofrecen ayuda para ir a comprar los alimentos, acéptela.
  • Cree una lista y compártala con sus amigos y familiares.

Efectos del tratamiento del cáncer en la nutrición

El cáncer y su tratamiento a veces causan efectos secundarios que afectan el gusto, el olfato, el apetito y la capacidad de comer lo suficiente o absorber los nutrientes de los alimentos, lo que causa desnutrición o malnutrición.

Es posible que ciertos tipos de cáncer provoquen más problemas para comer, como los cánceres que afectan el aparato digestivo. Estos incluyen los cánceres de cabeza y cuello, esófago, estómago, páncreas, hígado o colon. Sin embargo, con cualquier tipo de cáncer se pueden presentar dificultades para alimentarse bien por los efectos del tratamiento de la enfermedad.

Cuando no se controla la desnutrición en estas personas, suele producirse caquexia por cáncer. La caquexia por cáncer es un síndrome de deterioro progresivo que causa debilidad, fatiga y pérdida de músculo y grasa; y es posible que se presente incluso si se alimenta bien.

Para obtener más información, consulte Cambios en el peso y desnutrición por cáncer y Caquexia por cáncer.

Quimioterapia y problemas de alimentación

En la quimioterapia, se usan medicamentos para interrumpir la formación de células cancerosas, ya sea mediante su destrucción o al impedir su multiplicación. Sin embargo, estos medicamentos también pueden destruir las células sanas que se forman y se multiplican rápido, como las células de la boca y el tubo digestivo. Esto causa problemas alimenticios y otros efectos secundarios, como los siguientes:

  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Estreñimiento.
  • Diarrea.
  • Boca seca.
  • Llagas (úlceras) en la boca o la garganta.
  • Cambios en el sentido del gusto (los alimentos se perciben con un sabor diferente).
  • Dificultad para tragar.
  • Sensación de llenura o plenitud después de comer una cantidad pequeña de alimentos (saciedad precoz).

Si recibe quimioterapia, es posible que tenga un riesgo alto de infecciones, incluso de aquellas que se transmiten por los alimentos (enfermedades de origen alimentario). Esto se debe a que la quimioterapia reduce el número de glóbulos blancos, que combaten las infecciones. Es importante que usted y sus cuidadores aprendan a preparar los alimentos de forma segura y a evitar aquellos que producen infecciones.

Para obtener más información, consulte Quimioterapia para tratar el cáncer.

Terapia hormonal y problemas de alimentación

La terapia hormonal se usa para retrasar o detener el crecimiento de cánceres que dependen de hormonas para su desarrollo, como los cánceres de mama, ovario y próstata. La terapia hormonal agrega, bloquea o elimina estas hormonas. Los medicamentos que se usan en este tratamiento pueden causar aumento de peso y otros efectos secundarios, como los siguientes:

  • Retención de líquidos (edema).
  • Náuseas y vómitos.
  • Hiperglucemia (exceso de azúcar en la sangre).
  • Fatiga o cansancio.

Para obtener más información, consulte Terapia hormonal para tratar el cáncer.

Inmunoterapia y problemas de alimentación

La inmunoterapia usa el sistema inmunitario para combatir el cáncer. Los efectos secundarios de la inmunoterapia son diferentes en cada persona y dependen del tipo de medicamento que se use.

Es posible que la inmunoterapia cause fatiga, lo que a veces provoca falta de apetito. Para obtener más información, consulte La fatiga y el cáncer.

La inmunoterapia causa los siguientes efectos secundarios relacionados con la nutrición:

  • Fiebre.
  • Náuseas y vómitos.
  • Diarrea.

Para obtener más información, consulte Inmunoterapia para tratar el cáncer.

Radioterapia y problemas de alimentación

La radioterapia destruye las células cancerosas y las células sanas del área que se está tratando.

La radioterapia dirigida a cualquier parte del aparato digestivo tiene efectos secundarios que causan problemas de alimentación. La mayoría de los efectos secundarios empiezan de 2 a 3 semanas a partir del inicio de la radioterapia y desaparecen pocas semanas después de su finalización. Pero algunos duran meses o años tras terminar el tratamiento. Para obtener más información, consulte Efectos secundarios tardíos del tratamiento de cáncer.

La fatiga, que en ocasiones produce falta de apetito, es un efecto secundario común de la radioterapia. Para obtener más información, consulte La fatiga y el cáncer.

La radioterapia dirigida al encéfalo o a la cabeza y cuello causa los siguientes efectos secundarios:

  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Boca seca o saliva espesa.
  • Dolor en la boca y las encías.
  • Cambios en el sentido del gusto (los alimentos se perciben con un sabor diferente).
  • Dificultad para tragar.
  • Dolor al tragar.
  • Incapacidad de abrir la boca por completo.

La radioterapia dirigida al tórax causa los siguientes efectos secundarios:

  • Falta de apetito.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dificultad para tragar.
  • Dolor al tragar.
  • Sensación de ahogo o dificultad para respirar debido a cambios en la parte superior del esófago.

La radioterapia dirigida al abdomen, la pelvis o el recto causa los siguientes efectos secundarios:

  • Náuseas y vómitos.
  • Obstrucción intestinal.
  • Inflamación del colon.
  • Diarrea.
  • Enteritis por radiación.

Para obtener más información, consulte Radioterapia para tratar el cáncer.

Trasplante de células madre y problemas de alimentación

Las personas que se someten a un trasplante de células madre tienen necesidades nutricionales especiales. Los medicamentos que se usan antes o durante un trasplante de células madre causan efectos secundarios que impiden que usted continúe con su alimentación y digestión habitual.

El trasplante de células madre causa los siguientes efectos secundarios relacionados con la nutrición:

  • Llagas en la boca y la garganta.
  • Diarrea.

Si se somete a un trasplante de células madre, es posible que tenga un riesgo alto de infecciones, incluso de aquellas que se transmiten por los alimentos (enfermedades de origen alimentario). Esto se debe a que el tratamiento que se administra antes del trasplante reduce el número de glóbulos blancos, que combaten las infecciones. Es importante que usted y sus cuidadores aprendan a preparar los alimentos de forma segura y a evitar aquellos que producen infecciones.

Después de un trasplante de células madre, también hay un riesgo de enfermedad de injerto contra huésped (EICH) aguda o crónica. La EICH puede afectar el tubo digestivo, la piel o el hígado y cambiar su capacidad de comer o de absorber nutrientes de los alimentos.

Para obtener más información, consulte Trasplantes de células madre en el tratamiento del cáncer.

Cirugía y problemas de alimentación

A menudo, la cirugía forma parte del tratamiento del cáncer. Aquellas en las que se extirpa un órgano o parte de este afectan la capacidad para comer y digerir los alimentos. Después de cualquier cirugía, el cuerpo necesita energía y nutrientes adicionales para cicatrizar las heridas, combatir las infecciones y lograr la recuperación. Si está desnutrido antes de la cirugía, es posible que tenga problemas para sanar.

Con frecuencia, la cirugía causa los siguientes efectos secundarios:

  • Falta de apetito.
  • Dificultad para masticar.
  • Dificultad para tragar.
  • Sensación de llenura después de comer una cantidad pequeña de alimentos, también conocida como saciedad precoz.

Para obtener más información, consulte Cirugía para tratar el cáncer.

Terapia dirigida y problemas de alimentación

La terapia dirigida es un tipo de tratamiento del cáncer que actúa sobre las proteínas que controlan la forma en que las células cancerosas se multiplican, se dividen y se diseminan. Es posible que este tratamiento afecte el funcionamiento normal del aparato digestivo y cause los siguientes efectos secundarios:

  • Estreñimiento.
  • Diarrea.
  • Náuseas y vómitos.
  • Dolor abdominal.

A veces se presentan otros problemas, como cambios en el gusto, además de boca seca o adolorida. Para obtener más información, consulte Terapia dirigida para tratar el cáncer.

Seguridad alimentaria durante el tratamiento del cáncer

Algunos tratamientos del cáncer debilitan el sistema inmunitario, lo que hace que para el cuerpo sea difícil combatir infecciones, incluso las enfermedades de origen alimentario. Por lo tanto, debe tener especial cuidado con la forma en que manipula y prepara los alimentos durante el tratamiento del cáncer. Mantenga los alimentos a temperaturas seguras; lave muy bien las verduras, hortalizas y frutas crudas (enjuáguelas con agua y frótelas con suavidad); y designe ciertos utensilios, platos y tablas de picar para carnes y otros diferentes para frutas y verduras frescas. Para obtener más información sobre seguridad alimentaria, consulte Personas en riesgo: personas con sistemas inmunitarios debilitados.

Obtenga más información sobre el riesgo de infección durante el tratamiento del cáncer.

Evaluaciones nutricionales durante el tratamiento del cáncer

Si tiene problemas para comer y mantener su peso, quizás un miembro de los equipos de enfermería, médico o nutricional le haga una serie de preguntas para saber si usted presenta o está en riesgo de desnutrición.

Tal vez las preguntas estén relacionadas con los siguientes aspectos nutricionales:

  • Cambios en el peso.
  • Diferencias en la cantidad de alimentos que consume.
  • Cambios en los tipos de comida que consume.
  • Problemas alimentarios, como náuseas o vómitos.
  • Su capacidad para caminar o hacer otras actividades diarias.

Si está en riesgo de malnutrición o desnutrición, el médico le remitirá a un nutricionista. Este profesional puede hacer una evaluación que incluya los siguientes componentes:

  • Antecedentes alimentarios y nutricionales.
  • Antecedentes de medicamentos.
  • Antecedentes personales, médicos, familiares y sociales.
  • Estatura y peso.
  • Pruebas de laboratorio.
  • Efectos secundarios del tratamiento.
  • Examen físico.

A partir de esta información, se creará un plan de atención nutricional, que incluye estrategias para que usted y su familia mejoren su alimentación, y que además aborde los problemas nutricionales que presenta.

Formas de controlar los problemas nutricionales que causa el tratamiento del cáncer

Cuando los efectos secundarios del cáncer o el tratamiento de esta enfermedad afectan su alimentación, hay formas de ayudarle a obtener los nutrientes que necesita.

Formas de controlar la falta de apetito, pérdida de peso y saciedad precoz

Los siguientes consejos quizás le resulten útiles si presenta falta de apetito, pérdida de peso o saciedad precoz:

  • Consuma alimentos con alto contenido de proteínas y calorías.
  • Coma primero los alimentos ricos en proteínas.
  • Añada proteínas y calorías adicionales a los alimentos.
  • Beba la mayoría de los líquidos entre una comida y otra, no durante las comidas. Puede tomar sorbos pequeños cuando come.
  • Beba malteadas, batidos, licuados de frutas (smoothies), jugos o sopas si no le apetece consumir alimentos sólidos.
  • Coma alimentos que tengan un olor agradable.
  • Pruebe alimentos y recetas nuevas.
  • Prepare en una licuadora bebidas ricas en calorías y proteínas.
  • Intente tomar suplementos nutricionales, como Ensure o Boost.
  • Trate de consumir comidas pequeñas o meriendas de 5 a 6 veces al día.
  • Consuma la comida más abundante cuando tenga más apetito, sin importar si es durante el desayuno, el almuerzo o la cena.
  • Prepare y almacene cantidades pequeñas de sus alimentos favoritos para tenerlos disponibles cuando sienta hambre.
  • Encuentre una actividad física que disfrute y que pueda hacer con regularidad para aumentar el apetito.

Si continúa teniendo problemas para comer y mantener su peso, puede analizar otras opciones de apoyo nutricional con el equipo de tratamiento. Estas opciones a veces incluyen la nutrición enteral (por sonda) o la nutrición parenteral (por vena).

También puede tomar medicamentos que aumenten el apetito. Para obtener más información, consulte Cambios en el peso y desnutrición por cáncer.

Formas de controlar las náuseas y vómitos

Las náuseas son una sensación de malestar en el estómago que se presenta con ganas de vomitar, mientras que los vómitos son la acción de vomitar o expulsar el contenido del estómago, que también se conoce como emesis. Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios comunes de los tratamientos del cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia. Pero hay medicamentos que a menudo previenen o alivian las náuseas y los vómitos antes de que comiencen o se conviertan en un problema.

El vómito a veces causa deshidratación y pérdida de muchos electrólitos. Los electrólitos son minerales, como el potasio, el sodio y el calcio, que ayudan a equilibrar los líquidos corporales y a mantener el funcionamiento del corazón, los nervios y los músculos. Hable con el nutricionista sobre las bebidas que ayudan a prevenir la deshidratación y la cantidad que debe consumir.

Para obtener más información, consulte Náuseas y vómitos relacionados con el tratamiento del cáncer.

Formas de controlar la boca seca

La boca seca o xerostomía ocurre cuando uno tiene menos saliva que la normal. Esto hace que sea difícil hablar, masticar y tragar la comida. La boca seca a veces también cambia el sabor de los alimentos.

La quimioterapia y la radioterapia en el área de la cabeza o el cuello en ocasiones dañan las glándulas que producen la saliva. La inmunoterapia y algunos medicamentos también causan sequedad en la boca.

Se aconseja lo siguiente, si tiene boca seca:

  • Humedezca los alimentos con salsas líquidas o cremosas, gravy, o aderezos para ensaladas.
  • Coma alimentos que sean fáciles de tragar.
  • Consuma alimentos y bebidas que sean muy dulces o ácidos como limonada, para estimular la producción de saliva.
  • Mastique chicle (goma de mascar) sin azúcar o chupe caramelos duros sin azúcar, helados de agua o trozos de hielo.
  • Tome sorbos de agua durante el día.
  • Beba 8 o más vasos de agua al día.
  • Haga enjuagues bucales con bebidas carbonatadas para eliminar la saliva seca o espesa.
  • Conserve los labios humectados con un protector o bálsamo labial.
  • Use hilo dental todos los días.
  • Pregunte al médico sobre enjuagues bucales especiales para la boca seca.
  • Evite hacer lo siguiente:
    • Consumir productos de tabaco.
    • Inhalar humo de segunda mano.
    • Usar cigarrillos electrónicos.
    • Tomar cualquier tipo de bebida alcohólica.
    • Consumir alimentos que lastimen la boca, como los que son picantes, ácidos, salados, duros o crujientes.

Hable con su médico u odontólogo sobre el uso de saliva artificial o un producto similar para cubrir, proteger y humedecer la boca y la garganta.

Obtenga información sobre los problemas de boca y garganta causados por los tratamientos del cáncer.

Formas de controlar las llagas bucales

Los tratamientos del cáncer pueden dañar las células de crecimiento rápido de la boca. La radioterapia dirigida a la cabeza o el cuello, la quimioterapia y la inmunoterapia a veces causan llagas bucales (pequeños cortes o úlceras en la boca) y sensibilidad en las encías. Los problemas dentales o las infecciones orales, como la candidiasis bucal, también causan dolor en la boca. Consulte con el odontólogo al menos 2 semanas antes de comenzar la inmunoterapia, quimioterapia o radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello.

Es muy probable que las molestias en la boca y las encías mejoren una vez que termine el tratamiento.

Se aconseja lo siguiente, si tiene llagas bucales:

  • Consuma alimentos blandos y fáciles de masticar.
  • Cocine los alimentos hasta que estén blandos y tiernos.
  • Corte los alimentos en trozos pequeños.
  • Use una licuadora o procesador de alimentos para que la comida quede cremosa.
  • Chupe trozos de hielo para adormecer la boca y aliviar el malestar.
  • Coma los alimentos fríos o a temperatura ambiente. Los alimentos calientes pueden lastimar la boca.
  • Beba con pajilla (pitillo, popote o sorbete) para evitar que las bebidas pasen por las partes de la boca que le duelen.
  • Use una cucharita para comer bocados pequeños que sean más fáciles de masticar.
  • Revise la boca todos los días para identificar llagas, parches blancos o áreas inflamadas y rojas.
  • Enjuague la boca de 3 a 4 veces al día. Mezcle ¼ de cucharadita de bicarbonato de sodio, ⅛ de cucharadita de sal y 1 taza de agua tibia para usar como enjuague bucal.
  • Hable con su médico sobre los medicamentos que adormecen la boca, lo que quizás le permita comer mejor.
  • Evite consumir o usar lo siguiente:
    • Cítricos, como naranjas, limones y limas.
    • Comidas picantes.
    • Tomates y salsa de tomate (kétchup).
    • Alimentos salados.
    • Verduras y hortalizas crudas.
    • Alimentos cortantes y crocantes.
    • Bebidas alcohólicas.
    • Enjuagues bucales que contengan alcohol.
    • Productos de tabaco.
    • Cigarrillos electrónicos.
    • Palillos (escarbadientes) u objetos afilados.

Formas de controlar el dolor de garganta y la dificultad para tragar

La quimioterapia y la radioterapia dirigidas a la cabeza y el cuello a veces causan inflamación y dolor en el tejido que reviste la garganta, un problema de salud que se conoce como esofagitis. Es posible que sienta como un nudo en la garganta, o ardor de pecho o garganta. Quizás tenga también problemas para tragar. Todo esto hace que sea difícil comer y causa pérdida de peso.

Algunos tipos de quimioterapia y radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello dañan las células de crecimiento rápido, como las del tejido que reviste la garganta. El riesgo de presentar dolor de garganta, dificultad para tragar u otros problemas de garganta depende de los siguientes aspectos:

  • La cantidad de radioterapia que recibe.
  • Si recibe quimioterapia y radioterapia al mismo tiempo.
  • Si consume tabaco o bebidas alcohólicas durante el tratamiento del cáncer.

Se aconseja lo siguiente, si tiene dolor de garganta o dificultad para tragar:

  • Coma alimentos blandos que sean fáciles de masticar y tragar.
  • Humedezca los alimentos con gravy, salsas, caldos o yogur.
  • Cocine los alimentos hasta que estén blandos y tiernos.
  • Corte los alimentos en trozos pequeños.
  • Use una licuadora o procesador de alimentos para que la comida quede cremosa.
  • Haga 5 o 6 comidas pequeñas al día en lugar de 3 grandes.
  • Consuma alimentos y bebidas ricos en proteínas y calorías.
  • Siéntese derecho e incline la cabeza un poco hacia adelante al beber o comer, y permanezca erguido por lo menos 30 minutos después de terminar las comidas.
  • No use tabaco ni cigarrillos electrónicos.
  • Evite alimentos y bebidas que puedan quemar o raspar la garganta, como los siguientes:
    • Comidas y bebidas calientes.
    • Comidas picantes.
    • Alimentos y jugos ácidos, como los cítricos, la piña y los tomates.
    • Alimentos cortantes o crocantes.
    • Bebidas alcohólicas.
    • Bebidas carbonatadas o gaseosas.

Hable con el médico sobre la alimentación enteral o por sonda si no come lo suficiente como para mantenerse fuerte.

Formas de controlar los cambios en el gusto y el olfato

El tratamiento del cáncer, los problemas dentales o el cáncer en sí a veces causan cambios en los sentidos del gusto y el olfato. Los alimentos quizás pierdan el sabor o algunos de ellos (como la carne) tengan un sabor amargo o metálico. A veces, las comidas que olían bien empiezan a oler distinto.

Aunque no hay una manera de prevenir estos problemas, sí existen estrategias para controlarlos. Además, a menudo estos problemas mejoran tras terminar el tratamiento.

Formas de controlar el sabor salado:

  • Intente usar condimentos bajos en sodio o sin sodio, como los de la marca Mrs. Dash.
  • Use hierbas, especias y condimentos en lugar de sal cuando cocine.
  • Elija alimentos naturalmente dulces, como frutas frescas o deshidratadas.
  • Evite comer en restaurantes o pedir comida para llevar porque a menudo las preparan con mucha sal.
  • Hierva los alimentos, ya que esto reduce los sabores salados.
  • Agregue una pizca de azúcar o miel a los alimentos.

Formas de controlar el sabor demasiado dulce:

  • Coma más verduras y hortalizas.
  • Agregue agua y hielo a los jugos dulces para diluirlos. Pruebe mezclar mitad jugo, mitad agua.
  • Coma alimentos ácidos, como la toronja o pomelo.
  • Añada una pizca de sal a los alimentos para neutralizar el sabor dulce.
  • Agregue vinagre o cítricos a los alimentos para reducir el sabor dulce.

Formas de controlar la pérdida del gusto o el "mal" sabor de los alimentos:

  • Elija frutas, verduras y hortalizas frescas.
  • Pruebe alimentos con sabor frutal, agrio o salado.
  • Marine las carnes durante la noche en el refrigerador para que tengan más sabor.
  • Agregue vinagres, jugos de frutas frescas, queso, aderezo para ensaladas y salsas a los alimentos.
  • Use hierbas frescas o secas, como albahaca, orégano, tomillo, romero, menta o salvia.
  • Añada especias, como cebolla y ajo en polvo, pimentón, cúrcuma molida, jengibre molido o curry en polvo.
  • Agregue condimentos o salsas, como mayonesa, salsa de pepinillo (relish), salsa de tomate (kétchup) o mostaza.
  • Mastique los alimentos por más tiempo para permitir un mayor contacto con las papilas gustativas.

Formas de controlar los sabores amargos y metálicos:

  • Use cubiertos de plástico, silicona, madera o bambú.
  • Chupe o mastique caramelos, mentas o chicles sin azúcar.
  • No compre alimentos envasados en recipientes metálicos, como los frijoles o porotos enlatados. Elija los que vienen en envases de cartón, vidrio o plástico.
  • Evite beber de recipientes metálicos y usar cubiertos metálicos.
  • Pruebe alimentos ricos en proteínas de origen vegetal, como el tofu, los frutos secos o los frijoles.
  • Si la carne roja tiene un sabor metálico, coma pollo, pavo o productos lácteos.
  • Busque recetas sin carne y con alto contenido de proteínas en los libros de cocina vegetarianos, chinos o indios.
  • Consuma bebidas dulces o amargas, como jugos de cereza, arándano, piña o uva.
  • Coma frutas frescas y deshidratadas, como mango, melocotones, sandía (patilla), dátiles o higos.
  • Agregue a los alimentos una pizca de azúcar, miel o jarabe de arce para endulzarlos.

Formas de controlar los cambios en el olfato:

  • Mantenga los alimentos tapados hasta que estén listos para comer.
  • Beba de tazas con tapas y use una pajilla, (pitillo, popote o calimete, etc.).
  • Encienda un ventilador de cocina cuando cocine, o cocine al aire libre si le molestan los olores.
  • Evite los olores fuertes, como los de las coles (repollitos) de Bruselas o del pescado.
  • Prepare o coma alimentos que no necesitan cocción, como los siguientes:
    • Batidos de proteínas.
    • Barras de proteínas.
    • Batidos o licuados de fruta.
    • Cereal con fruta y leche.
    • Pudín.
    • Parfaits con yogur griego.
    • Sándwiches o emparedados.

Tipos de apoyo nutricional si no puede comer

A veces, a pesar de hacer un gran esfuerzo, quizás no pueda comer lo suficiente para mantenerse fuerte. Si esto sucede, es posible que el apoyo nutricional por sonda sea una buena opción. Esto es útil cuando uno no puede comer o digerir suficientes alimentos. Con una buena nutrición, aumentan las probabilidades de no tener que interrumpir de manera imprevista el tratamiento.

En el caso de que necesite apoyo nutricional, el médico o el nutricionista hablarán con usted.

Hay dos tipos de apoyo nutricional, la nutrición enteral (por sonda) y la parenteral (por vena).

Nutrición enteral

La nutrición enteral proporciona nutrientes líquidos a través de un tubo o sonda que se coloca en el estómago o el intestino delgado. Hay dos tipos de sondas de alimentación:

  • Sonda nasogástrica. Esta sonda se introduce por la nariz y baja por la garganta hasta el estómago o el intestino delgado. Se usa cuando el apoyo nutricional es necesario solo por pocas semanas.
  • Sonda de gastrostomía. Esta sonda se coloca en el estómago o se introduce una sonda de yeyunostomía en el intestino delgado a través de una abertura en la parte exterior del abdomen. Por lo general, se usan para administrar alimentación enteral a largo plazo o en las personas que no pueden usar una sonda en la nariz y la garganta.

El tipo de fórmula utilizada depende de sus necesidades nutricionales específicas. Hay fórmulas para las personas con afecciones de salud especiales, como diabetes, o con otras necesidades, como aquellas relacionadas con normas religiosas o culturales.

Algunas personas pueden seguir alimentándose por boca, aunque reciban nutrición enteral. Sin embargo, es importante que pregunte al médico si esto es seguro en su caso.

Nutrición parenteral

La nutrición parenteral se usa cuando no es posible alimentarse por boca ni por sonda. En la nutrición parenteral no se digieren los alimentos en el estómago ni en los intestinos. Los nutrientes se administran directo en la sangre a través de un catéter que se introduce en una vena. Estos nutrientes incluyen proteínas, grasas, vitaminas y minerales.

Al igual que con la nutrición enteral, algunas personas pueden seguir alimentándose por boca, aunque reciban nutrición parenteral. Pregunte al médico si esto es seguro en su caso.

El catéter se coloca en una vena del tórax o en el brazo.

Catéter venoso central. Se inserta debajo de la piel y se dirige hacia una vena grande de la parte superior del tórax. Este tipo de catéter lo debe colocar un cirujano y se usa cuando la alimentación parenteral es necesaria a largo plazo.

Catéter venoso central. En el dibujo del tronco de un joven, se señala el corazón y la vena cava superior. Al lado derecho del corazón, se observa un catéter venoso central que va desde una vena debajo de la clavícula hasta la vena cava superior, que es una vena grande que se conecta con el corazón. En una ampliación, se muestra el catéter venoso central en el lado derecho del tórax cubierto por un apósito plástico transparente.

Catéter venoso periférico. Se inserta en una vena del brazo, y lo debe colocar personal médico capacitado. Por lo general, este tipo de catéter se usa para administrar la alimentación parenteral a corto plazo, o cuando no se ha colocado un catéter venoso central.

Catéter venoso periférico. En el dibujo del antebrazo de una persona, se señala la punta de un catéter venoso periférico dentro de una vena, el catéter se conecta con un tubo (sonda) exterior mediante un sistema de fijación sobre la piel. El tubo está pinzado y en el extremo tiene una tapa.

Se harán revisiones frecuentes para determinar la presencia de infección o sangrado en el sitio donde se introdujo el catéter.

Terapia nutricional durante la etapa final de la vida

Si está cerca del final de la vida, el objetivo es proporcionarle la mejor calidad de vida posible y controlar los síntomas que le causen malestar. Los objetivos nutricionales serán específicos para usted.

Los síntomas comunes que se presentan al final de la vida son los siguientes:

  • Falta de apetito.
  • Boca seca.
  • Dificultad para tragar.
  • Náuseas y vómitos.

La atención se centra en aliviar estos síntomas, en lugar de obtener suficientes nutrientes.

Usted y su familia podrán decidir cuánta nutrición y líquidos recibirá al final de la vida

Las personas en la etapa final de la vida a menudo no sienten mucha hambre y tal vez quieran muy poca comida. Los sorbos de agua, los trozos de hielo y el cuidado bucal pueden ayudar con la sed. En esta etapa, no se debe forzar a la persona a que coma ni beba, ya que hacer esto podría causarle molestias o asfixia.

Usted y sus seres queridos tienen derecho a tomar decisiones informadas. Sus preferencias religiosas y culturales pueden afectar sus decisiones. El equipo de atención médica y un nutricionista le explicará las necesidades nutricionales y los beneficios y riesgos del uso de la nutrición enteral (por sonda) o parenteral (por vena) durante la etapa final de la vida.

Los posibles beneficios del apoyo nutricional para las personas que se espera que vivan más de un mes son los siguientes:

  • Mejor calidad de vida.
  • Menor riesgo de muerte por desnutrición.
  • Menos problemas físicos y mentales.

Los riesgos del apoyo nutricional durante la etapa final de la vida son los siguientes:

  • Presencia de bacterias o toxinas en la sangre o los tejidos (también conocido como sepsis) por el uso de la nutrición parenteral.
  • Inhalación accidental de alimentos o líquidos en los pulmones (también conocido como aspiración) por el uso de la nutrición enteral.
  • Úlceras y ruptura de la piel cuando se coloca la sonda de alimentación enteral.
  • Diarrea cuando se usa la nutrición enteral y parenteral.
  • Problemas causados por el exceso de líquido en la sangre con el uso de la nutrición enteral y parenteral.

Para obtener más información sobre el apoyo nutricional y qué esperar durante los últimos días de vida, consulte Etapa final de la vida.

Falta de apetito y pérdida de peso por cáncer

Falta de apetito y pérdida de peso por cáncer

La falta de apetito y la pérdida de peso son efectos secundarios frecuentes del cáncer y su tratamiento. Cualquier persona con cáncer puede presentar estos efectos secundarios. Sin embargo, la pérdida de peso es más probable si tiene cáncer de cabeza y cuello, pulmón, páncreas, hígado, así como cánceres del aparato digestivo superior, por ejemplo cáncer de garganta, esófago, estómago y de la primera parte del intestino delgado.

La pérdida de apetito a menudo hace que comamos menos de lo que el cuerpo necesita, lo que causa adelgazamiento. Esto también ocurre cuando se queman más calorías de las que se consumen. La pérdida de peso puede producir desnutrición.

Si bien la caquexia también produce adelgazamiento, no se trata de la misma manera que la pérdida de peso porque son problemas de salud diferentes. Para obtener más información, consulte Caquexia por cáncer.

Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer que causan dificultades para comer son los siguientes:

  • Náuseas y vómitos.
  • Diarrea.
  • Estreñimiento.
  • Sensación de llenura o plenitud rápida (saciedad precoz).
  • Dolor al tragar.
  • Llagas en la boca.
  • Boca seca.
  • Cambios en el gusto.

Otros factores que pueden causar falta de apetito y pérdida de peso durante el tratamiento del cáncer son la ansiedad, el dolor, la depresión y la fatiga. Para obtener más información, consulte Los sentimientos y el cáncer.

Formas de controlar la falta de apetito y la pérdida de peso en las personas con cáncer

Hable con su médico o nutricionista (dietista) si comienza a perder el apetito y pida una consulta de inmediato si baja de peso. El nutricionista puede ayudarle a usted y a su familia a controlar la pérdida de peso. Las siguientes son algunas recomendaciones que quizás sean útiles.

Consejos sobre qué alimentos comer:

  • Consuma alimentos ricos en proteínas y calorías.
  • Agregue leche entera, caliente o fría, al cereal.
  • Coma alimentos que tengan olor agradable.
  • Pruebe alimentos y recetas nuevas.

Consejos sobre cuándo comer:

  • Coma porciones pequeñas cada 2 a 3 horas y haga 5 o 6 comidas por día.
  • Si se olvida de que es hora de comer, póngase una alarma para recordarlo.
  • Tome el desayuno durante la primera hora después de despertarse.
  • Consuma primero los alimentos ricos en proteínas, ya que es cuando tendrá más apetito.
  • Cuando vea televisión o escuche radio, use los programas, las pausas comerciales o los anuncios para recordar que tiene que comer o beber.
  • Coma un bocadillo o merienda antes de acostarse.

Consejos sobre las bebidas:

  • Beba líquidos entre las comidas para mantenerse hidratado.
  • Durante las comidas, tome poco líquido para que pueda consumir más alimentos sólidos.
  • Si no le apetecen los alimentos sólidos, tome batidos de leche o de frutas (smoothies), jugos o sopas.
  • Prepare los batidos o malteadas con leche entera o yogur para aumentar las calorías.
  • Entre las comidas, tome sorbos de suplementos nutricionales, como Ensure y Boost.

Consejos para la preparación de las comidas:

  • Prepare y almacene porciones pequeñas de sus alimentos favoritos para tenerlos siempre disponibles.
  • Agregue queso graso a las tostadas, los huevos, las galletas saladas, las sopas, la pasta y las papas.
  • Utilice salsas cremosas para acompañar la pasta y otros platos.
  • Añada trozos de carne a los huevos, las ensaladas, la pasta y las sopas.
  • Incorpore frijoles, judías, porotos, habichuelas y lentejas como ingredientes de las sopas, las ensaladas, la pasta, los tacos y los guisos o estofados.
  • Escoja alimentos ricos en calorías (hipercalóricos) como ingredientes de las comidas y meriendas, incluso en los refrigerios, los bocadillos y los aperitivos.
  • Sazone los alimentos con condimentos y aderezos que sean altos en calorías.

Otros consejos para mejorar la alimentación:

  • Manténgase lo más activo posible para tener buen apetito.
  • Cepíllese los dientes y use enjuague bucal para aliviar los síntomas y el mal gusto en la boca.
  • Cree un ambiente relajado durante las comidas. Ponga velas y música, e intente comer con sus seres queridos.

Medicamentos para controlar la falta de apetito relacionada con el cáncer y su tratamiento

Hable con su médico sobre los estimulantes del apetito (orexígenos). Estos medicamentos aumentan las ganas de comer y pueden ayudarle a ganar peso.

Aumento del apetito y ganancia de peso por cáncer

Si bien muchas personas con cáncer pierden el apetito y adelgazan, otras personas aumentan de peso durante el tratamiento del cáncer.

La ganancia de peso es más común si tiene cáncer de ovario, mama o próstata, aunque cada persona es diferente. Por eso, a pesar de que tenga uno de estos cánceres, no siempre aumentará de peso, y es posible que gane peso con otro tipo de cáncer.

Si aumenta de peso durante el tratamiento del cáncer, hable con su médico para que evalúe la causa y el tipo de ganancia de peso. Los cambios pequeños durante el tratamiento del cáncer son normales. Pero si el aumento es repentino y rápido, como 5 libras en una semana, o no cesa, comuníquese con el médico de inmediato.

Causas del aumento de peso en las personas con cáncer

Retención de líquidos. Algunos cánceres producen aumento de peso debido al tamaño del tumor o a la acumulación de líquido. Hay diferentes tipos de acumulación de líquido, pero todos causan ganancia de peso. Para obtener más información sobre la retención de líquidos, consulte Edema relacionado con el tratamiento del cáncer.

Aumento del apetito. Es posible que el cáncer en sí, el tratamiento de esta enfermedad o los medicamentos que se usan para su tratamiento, aumenten el apetito y los antojos de consumir alimentos que engordan.

Cambios metabólicos. La terapia hormonal puede causar aumento de peso al disminuir las hormonas sexuales. Cuando hay concentraciones más bajas de hormonas sexuales, el metabolismo se vuelve más lento. El metabolismo es la velocidad a la que el cuerpo consume la energía. Cuando es más lento, el cuerpo gasta menos energía, lo que facilita el aumento de peso.

Algunas terapias hormonales y quimioterapias producen menopausia precoz en las mujeres y, en ocasiones, esto causa disminución del metabolismo y aumento de peso.

Medicamentos. Los corticoesteroides, que a menudo se administran durante el tratamiento del cáncer, aumentan el apetito y las ganas de comer. Cuando consumimos más calorías de las que nuestro cuerpo quema, aumentamos de peso. Si toma corticoesteroides, trate de comer alimentos ricos en fibra y proteínas en cada comida para ayudarle a mantenerse saciado (lleno).

En ocasiones, los medicamentos también causan aumento de peso al hacer que el cuerpo retenga agua (retención de líquidos). Si esto ocurre, es posible que se vea y se sienta hinchado. Para obtener más información sobre la retención de líquidos, consulte Edema relacionado con el tratamiento del cáncer.

Disminución de la actividad. Muchos tratamientos contra el cáncer causan cansancio, fatiga y dolor, lo que dificulta la actividad. Esto, a su vez, puede producir aumento de peso. Hable con su médico acerca de cómo controlar problemas, como la fatiga o el dolor, para mantenerse lo más activo posible. Para obtener más información, consulte La fatiga y el cáncer y Dolor.

Formas de controlar el aumento del apetito y la ganancia de peso en las personas con cáncer

Los siguientes son algunos consejos para controlar el aumento del apetito y reducir o detener la ganancia de peso. Hable con su médico o nutricionista para saber si son adecuados para usted.

Consejos sobre alimentos que conviene consumir:

  • Consuma alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras y hortalizas, así como panes, cereales y pasta integrales.
  • Coma pescado y carnes bajas en grasa, como carne magra de res, cerdo sin grasa y aves de corral (pollo o pavo) sin piel.
  • Consuma proteínas de origen vegetal, como frijoles, frutos secos, semillas y tofu.
  • Coma productos lácteos bajos en grasa, como los que tienen un 1 % de materia grasa y los descremados.
  • Coma alimentos que le gusten y lo hagan sentir satisfecho.

Consejos sobre los alimentos que conviene limitar:

  • Coma menos grasa.
  • Utilice poca sal al cocinar y en la mesa para reducir la retención de líquidos.
  • Reduzca el consumo de bebidas azucaradas, como los jugos de frutas y los refrescos o gaseosas. Intente diluir el jugo de frutas con agua.
  • Limite el consumo o evite las bebidas alcohólicas.

Consejos para la compra de comestibles:

  • Compre carne molida (picada) que sea, al menos, 93 % magra.
  • Consuma cortes de carne con menos grasa, como el "lomo", el "solomillo", el "redondo" o el "peceto".
  • Para controlar mejor las porciones, compre alimentos en recipientes de una sola porción, como los yogures individuales.

Consejos para preparar las comidas:

  • Limite los aceites de cocina. Como recomendación general, use 1 cucharadita si cocina solo para usted, y de 1 a 2 cucharadas al cocinar para varias personas.
  • Use métodos de cocción que reduzcan la grasa, como hornear, asar, rostizar, brasear, hervir, o freír con aire.

Otras formas de controlar el aumento de peso:

  • Planifique con anticipación los horarios para alimentarse.
  • Tenga siempre disponible en la despensa y el refrigerador meriendas y bocadillos saludables.
  • Coma solo cuando tenga hambre.
  • No coma por aburrimiento; busque actividades que disfrute, en lugar de comer.
  • Coma más despacio. El estómago y el cerebro tardan unos 15 minutos en reconocer que está lleno (saciado). Disminuir la velocidad a la que come quizás le ayude a darse cuenta de que está satisfecho.
  • Consuma porciones pequeñas de alimentos en cada comida. Use platos de menor tamaño.
  • Haga ejercicio todos los días.
  • Mantenga un diario de los alimentos. En ocasiones, esto permite saber qué alimentos y bebidas le ayudan a controlar su peso.

Si tiene hinchazón por corticoesteroides, evite los alimentos con alto contenido de sodio, como los siguientes:

  • Panes con fecha de caducidad prolongada.
  • Salsas y adobos.
  • Aderezos y aliños.
  • Quesos.
  • Productos de charcutería, fiambres, embutidos y carnes enlatadas o en conservas.
  • Aceitunas u olivas.
  • Ciertos alimentos congelados, como la pizza y las comidas congeladas.
  • Alimentos enlatados (busque opciones bajas en sodio).
  • Sal de mesa.
  • Condimentos, sazonadores y especias con sal.

Si no desea eliminar estos productos, busque opciones con menos sodio. Puede mirar en la parte frontal del envase del producto y ver si dice "bajo en sodio", "muy bajo en sodio" o "sin sodio".

En lugar del salero o potorro, use especias secas, deshidratadas o frescas como ajo y cebolla en polvo, o albahaca y orégano frescos.

Hable con el médico o nutricionista antes de comenzar un régimen o dieta para bajar de peso. Si come debido al estrés, el miedo o la depresión, considere hablar con un consejero u orientador psicológico. Es posible que el médico también le recete medicamentos para aliviar estos sentimientos. Para obtener más información, consulte Los sentimientos y el cáncer.

Desnutrición por cáncer

La desnutrición se produce cuando el cuerpo no recibe suficiente energía, proteínas, vitaminas y minerales. Este problema también se conoce como malnutrición.

Causas de la desnutrición en las personas con cáncer

El cáncer en sí y los efectos secundarios de su tratamiento a veces producen desnutrición.

El cáncer y su tratamiento pueden causar desnutrición de varias maneras, por ejemplo, al disminuir el apetito, hacer que se sacie más rápido y cambiar el sentido del gusto y el olfato. Esto quizás haga que coma menos. De hecho, la disminución o la pérdida del apetito es una de las causas principales de desnutrición en las personas con cáncer. A veces, el cáncer también produce desnutrición porque causa problemas para tragar, digerir y absorber los alimentos.

Los efectos secundarios comunes del tratamiento que aumentan el riesgo de desnutrición son los siguientes:

  • Falta de apetito.
  • Boca seca.
  • Llagas en la boca.
  • Sensación de saciedad temprana.
  • Cambios en el gusto.
  • Problemas para tragar.

El cáncer y sus tratamientos en ocasiones también causan fatiga, dolor, ansiedad, angustia y depresión, por lo que comer se vuelve un desafío, físico y emocional. Hable con el médico y el nutricionista acerca de los efectos secundarios y preocupaciones que usted tenga. Ese equipo de profesionales puede apoyarlo y ayudarlo a controlar las dificultades.

Problemas que causa la desnutrición

La desnutrición puede causarle debilidad, cansancio e incapacidad para combatir infecciones, o incluso provocar la suspensión del tratamiento del cáncer. Los estudios muestran que la desnutrición disminuye la calidad de vida y puede causar la muerte.

Detección de la desnutrición

Es posible que el equipo de atención de la salud le haga exámenes de detección y evaluaciones nutricionales para detectar los problemas de alimentación de forma temprana y medir el riesgo de desnutrición. Pida a su médico una evaluación nutricional antes de empezar el tratamiento y pregunte cuándo debe repetir la evaluación.

Formas de prevenir la desnutrición

A continuación se ofrecen consejos para prevenir la desnutrición.

Consejos sobre qué comer:

  • Coma alimentos ricos en calorías y proteínas.
  • Tome suplementos nutricionales, como Ensure o Boost.

Consejos sobre cuándo comer:

  • Coma porciones pequeñas separadas a lo largo del día, e intente hacer 5 o 6 comidas por día.
  • Coma cada 2 o 3 horas.

Consejos para hablar con el médico o el nutricionista:

  • Comuníquese de inmediato con su médico si pierde el apetito o tiene otros problemas para alimentarse.
  • Pida a su médico que lo derive a un nutricionista o dietista, que podrá hacerle una evaluación y brindarle un plan de atención nutricional.
  • Pregunte al nutricionista sobre las bebidas con suplementos ricos en calorías y proteínas.
  • Informe a su médico si baja más de 3 a 5 libras en una semana.

Si continúa con problemas para comer y está perdiendo peso, el médico o el nutricionista quizás le recomienden la alimentación por sonda (nutrición enteral) o vena (nutrición intravenosa o parenteral). Para obtener más información sobre estos tipos de alimentación, consulte Nutrición durante el tratamiento del cáncer.

Búsqueda de apoyo si tiene cambios en el peso y desnutrición

Apoyo de familiares y amigos. Pida a sus familiares y amigos que le ayuden con la planificación de las comidas, la compra de comestibles y víveres, la cocina y la limpieza. Hágales una lista de sus comidas favoritas para que ellos se las puedan preparar.

Apoyo del equipo de atención de la salud. Si tiene problemas para comer y beber, el médico y el nutricionista pueden ayudarlo. El médico quizás le recete medicamentos para controlar algunos de estos problemas y lo derive a un nutricionista. El nutricionista es un experto en nutrición y dietética y le ayudará a mejorar sus hábitos alimenticios antes, durante y después del tratamiento.

Apoyo para los cuidadores. No se sorprenda ni se moleste si las preferencias alimenticias de su ser querido cambian de un día para el otro. Quizás haya días en los que rechace una de sus comidas favoritas o diga que ahora la comida le sabe mal. Ofrézcale su ayuda, pero no lo obligue ni lo presione para comer. Hable con su ser querido sobre las formas de sobrellevar los problemas de alimentación. Pida al médico que lo derive a un nutricionista y asista a esa consulta. Hable sobre los problemas y pida otros consejos que los ayuden a sentirse con un mayor control. Para obtener más información sobre cómo obtener apoyo cuando un ser querido recibe tratamiento para el cáncer, consulte Apoyo para cuidadores de personas con cáncer.

Recursos relacionados

  • Consejos de alimentación: antes, durante y después del tratamiento del cáncer
  • Efectos secundarios del tratamiento del cáncer
¿Qué es la caquexia por cáncer?

¿Qué es la caquexia por cáncer?

La caquexia por cáncer es un síndrome de deterioro progresivo que causa debilidad, fatiga y pérdida de músculo esquelético y grasa. A diferencia de la desnutrición, la caquexia no mejora solo con el apoyo nutricional, sino que se debe tratar con medicamentos y es difícil de detener una vez que comienza. Este tipo de caquexia, que también se conoce como caquexia cancerosa, tumoral o neoplásica, es más común en las personas con cáncer avanzado.

La caquexia por cáncer tiene tres estadios:

  • Precaquexia. En este estadio, es posible que pierda el apetito y baje de peso. Los tratamientos suelen ser eficaces en esta etapa. El médico y el especialista en nutrición (dietista) conversarán sobre cómo mejorar los síntomas o evitar que empeoren.
  • Caquexia. Es posible que pase de la precaquexia a la caquexia, según cuál sea el tipo y el estadio del cáncer que usted tiene, la forma en que responde al tratamiento de esta enfermedad y sus hábitos alimenticios. En esta etapa, quizás no tenga interés por comer, siga bajando de peso y continúe la pérdida de masa muscular (también llamada sarcopenia). Otros síntomas son la fatiga y la disminución de la fuerza.
  • Caquexia refractaria o resistente al tratamiento. En este estadio, continúa bajando de peso y se produce una pérdida de masa muscular grave. La caquexia resistente al tratamiento afecta a muchas personas con cáncer avanzado cuya enfermedad no responde al tratamiento.

¿Qué causa la caquexia por cáncer?

Los científicos no comprenden bien cómo se produce la caquexia en las personas con cáncer, pero piensan que la causa principal es la inflamación. Es posible que el aumento del metabolismo, la resistencia a la insulina y los cambios hormonales también tengan una función importante.

Inflamación

La inflamación puede producir falta de apetito, pérdida de músculo y grasa, cambios en la forma en que el cuerpo usa los nutrientes, disminución de la cantidad de alimentos que se consumen y aumento del metabolismo. Las pruebas de laboratorio muestran que ciertos cánceres, como los de mama, ovario y esófago, causan inflamación en el cuerpo.

Cambios en el metabolismo

Algunos cánceres cambian el metabolismo o la forma en que el cuerpo usa los carbohidratos, las proteínas y las grasas de los alimentos. Estos cambios incluyen la descomposición rápida de las reservas de proteínas y grasas del cuerpo, lo que causa la pérdida de músculo y grasa. El aumento del metabolismo también significa que el cuerpo usa más energía, y por lo tanto, le cuesta más obtener la energía y las proteínas que necesita. Esto produce pérdida de peso y, en ocasiones, caquexia.

No todas las personas con cáncer tienen un aumento del metabolismo. Sin embargo, es común en quienes tienen cánceres de cabeza y cuello, pulmón y páncreas, así como cánceres del tubo digestivo superior.

Resistencia a la insulina

Es posible que las personas con cáncer tengan resistencia a la insulina. En condiciones normales, después de consumir los alimentos, la insulina le indica a las células que dejen pasar la glucosa (azúcar) de la sangre a las células. Sin embargo, cuando se tiene resistencia a la insulina, las células ya no responden a esta sustancia, por lo que la glucosa no puede entrar en las células y se acumula en la sangre. Esto produce hiperglucemia, un problema de salud en el que hay un exceso de azúcar en sangre. Por otro lado, como la glucosa no puede entrar en las células, no está disponible para que las células la usen como fuente de energía, lo que a veces causa pérdida de peso y caquexia.

Cambios hormonales

La caquexia en las personas con cáncer en ocasiones se produce por un cambio en las hormonas, mensajeros químicos que le dicen a las células lo que deben hacer. Hay dos grupos de hormonas que se relacionan con este tipo de caquexia: las hormonas catabólicas y las hormonas anabólicas. Las hormonas catabólicas descomponen el tejido, mientras que las anabólicas forman el tejido. En la caquexia por cáncer, el cuerpo tiene más hormonas catabólicas que anabólicas. Este desequilibrio produce destrucción muscular, lo que empeora la caquexia.

Síntomas de la caquexia por cáncer

Los síntomas más comunes de la caquexia son los siguientes:

  • Reducción de peso, incluso pérdida de músculo y grasa.
  • Falta de apetito.
  • Fatiga.
  • Debilidad.

Estos síntomas pueden tener muchas causas y tal vez no sean un signo de caquexia. Es importante que hable con el equipo médico si nota estos cambios, ya que ellos podrán ayudarle a controlarlos y decidir si se necesitan otras pruebas.

Formas de prevenir la caquexia por cáncer

Detectar y tratar la desnutrición de manera temprana es la mejor manera de prevenir la caquexia en una persona que tiene cáncer. Hable con su médico sobre la posibilidad de hacer evaluaciones nutricionales con regularidad durante el tratamiento para saber si tiene riesgo de desnutrición y caquexia por cáncer. Para obtener más información, consulte Cambios en el peso y desnutrición por cáncer.

Formas de controlar la caquexia por cáncer

Se necesita la ayuda de muchos tipos de proveedores de atención médica para controlar la caquexia.

Es posible que el médico le recete medicamentos como estimulantes del apetito (orexígenos) y antiinflamatorios. Quizás lo deriven a un especialista en nutrición y dietética, quien puede que le recomiende suplementos nutricionales, como Ensure o Boost. Este profesional brinda asesoramiento y educación sobre alimentación a pacientes y cuidadores. Cuando es necesario, también supervisa el apoyo nutricional, como la alimentación por sonda (nutrición enteral) o por vena (nutrición intravenosa o parenteral). Para obtener más información sobre la alimentación por sonda o intravenosa, consulte Nutrición durante el tratamiento del cáncer.

Es posible que el médico le recomiende fisioterapia para mejorar la fuerza y la resistencia. Al estar más fuerte, podrá moverse mejor y realizar las actividades cotidianas, lo que quizás le ayude a mejorar su calidad de vida.

Si tiene problemas para tragar, es posible que el médico lo derive a un logopeda (foniatra). Si las llagas u otros problemas en la boca hacen que le cueste comer y beber, quizás le sugieran que consulte con un odontólogo. Para obtener más información sobre cómo controlar los problemas en la boca durante el tratamiento del cáncer, consulte Problemas en la boca y la garganta durante el tratamiento del cáncer.

Búsqueda de apoyo si tiene caquexia por cáncer

Apoyo de familiares y amigos. Si tiene caquexia, quizás se sienta cansado y no sea capaz de hacer las actividades cotidianas. Pida a sus familiares y amigos que le ayuden a planificar las comidas, comprar los víveres, cocinar y limpiar. Ellos querrán saber cómo pueden ayudar. Si las personas le ofrecen ayuda, acéptela.

Apoyo del equipo de atención de la salud. Asegúrese de comunicarle a su médico los problemas que tiene para que le recete medicamentos o lo derive a otros proveedores de atención médica, de ser necesario.

Apoyo para los cuidadores. Es normal sentir angustia cuando un ser querido tiene caquexia. Quizás se preocupe por el adelgazamiento, el deterioro del funcionamiento físico y el cambio de aspecto.

Es posible que haya días en los que su ser querido no tenga ganas de comer ni beber. Ofrézcale su ayuda, pero no lo obligue ni lo presione para comer. Hable con el médico para que derive a la persona con caquexia a un especialista en nutrición y a un fisioterapeuta. Asista a estas consultas para saber cuál es la mejor forma en la que usted puede ayudar.

Aprender sobre la caquexia le permitirá saber qué esperar y aliviará su ansiedad. Para obtener más información sobre cómo obtener apoyo, consulte Apoyo para cuidadores de personas con cáncer.

La caquexia por cáncer a menudo se presenta al final de la vida. Quizás sea útil hablar con el equipo médico o el personal de enfermería sobre qué esperar durante esta etapa. Para obtener más información, consulte Cáncer avanzado.

Recursos relacionados

  • Caquexia por cáncer: después de años sin avances, el progreso parece posible
  • La nutrición en el tratamiento del cáncer (PDQ®)–Versión para profesionales de salud

Última revisión: 2024-10-15


Si usted quiere saber más sobre el cáncer y cómo se trata, o si desea saber sobre ensayos clínicos para su tipo de cáncer, puede llamar al Servicio de Información del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) al 1-800-422-6237, llamada gratuita. Un especialista en información capacitado puede hablar con usted y responder a sus preguntas.


Esta información no reemplaza el consejo de un médico. Ignite Healthwise, LLC, niega toda garantía y responsabilidad por el uso de esta información. El uso que usted haga de esta información implica que usted acepta los Términos de Uso. Aprenda cómo desarrollamos nuestro contenido.

Healthwise, Healthwise para cada decisión de la salud, y el logo de Healthwise son marcas de fábrica de Ignite Healthwise, LLC.

<cipublic-spinner variant="large"><span>Loading…</span></cipublic-spinner>

Page Footer

Quiero...

Obtener una tarjeta ID Presentar un reclamo Ver mis reclamos y EOB Verificar la cobertura de mi plan Ver la lista de medicamentos con receta Buscar un médico, dentista o centro dentro de la red Buscar un formulario Buscar información del formulario de impuestos 1095-B Ver el Glosario de Cigna Comunicarme con Cigna

Audiencia

Individuos y familias Medicare Empleadores Agentes Proveedores

Sitios seguros para miembros

Portal myCigna para miembros Portal para proveedores de cuidado de la salud Cigna para empleadores Portal de recursos para clientes Cigna para agentes

Información sobre The Cigna Group

Acerca de Cigna Healthcare Perfil de la compañía Empleos Sala de prensa Inversionistas Distribuidores The Cigna Group Administradores externos Internacional Evernorth

 Cigna. Todos los derechos reservados.

Privacidad Asuntos legales Divulgaciones sobre productos Nombres de la compañía Cigna Derechos de los clientes Accesibilidad Aviso sobre no discriminación Asistencia idiomática [PDF] Reportar fraude Mapa del sitio Configuración de cookies

Aviso legal

Los planes individuales y familiares de seguro médico y dental están asegurados por Cigna Health and Life Insurance Company (CHLIC), Cigna HealthCare of Arizona, Inc., Cigna HealthCare of Illinois, Inc., Cigna HealthCare of Georgia, Inc., Cigna HealthCare of North Carolina, Inc., Cigna HealthCare of South Carolina, Inc. y Cigna HealthCare of Texas, Inc. Los planes de beneficios de salud y de seguro de salud de grupo están asegurados o administrados por CHLIC, Connecticut General Life Insurance Company (CGLIC) o sus afiliadas (puedes ver un listado de las entidades legales que aseguran o administran HMO para grupos, HMO dentales y otros productos o servicios en tu estado). Los planes o pólizas de seguro para lesiones accidentales, enfermedades críticas y cuidado hospitalario son distribuidos exclusivamente por o a través de subsidiarias operativas de Cigna Corporation, son administrados por Cigna Health and Life Insurance Company y están asegurados por (i) Cigna Health and Life Insurance Company (Bloomfield, CT), (ii) Life Insurance Company of North America (“LINA”) (Philadelphia, PA) o (iii) New York Life Group Insurance Company of NY (“NYLGICNY”) (New York, NY), anteriormente llamada Cigna Life Insurance Company of New York. El nombre Cigna, el logotipo y otras marcas de Cigna son propiedad de Cigna Intellectual Property, Inc. LINA y NYLGICNY no son afiliadas de Cigna.

Todas las pólizas de seguros y los planes de beneficios de grupo contienen exclusiones y limitaciones. Para conocer la disponibilidad, los costos y detalles completos de la cobertura, comunícate con un agente autorizado o con un representante de ventas de Cigna. Este sitio web no está dirigido a los residentes de New Mexico.

Al seleccionar estos enlaces saldrás de Cigna.com hacia otro sitio web que podría no ser un sitio web de Cigna. Cigna no puede controlar el contenido ni los enlaces de sitios web que no son de Cigna. Detalles