Conoce sobre los beneficios médicos, dentales, de farmacia y voluntarios que tu empleador puede ofrecer.
Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
La nutrición es el consumo de alimentos sólidos y líquidos, y el uso que hace el cuerpo de esos alimentos. Una buena nutrición es importante para tener una salud óptima. Una alimentación o dieta saludable incluye una variedad de alimentos sólidos y líquidos que contienen los nutrientes (vitaminas, minerales, proteínas, carbohidratos, grasas y agua) que el cuerpo necesita.
La alimentación recomendada para las personas con cáncer a veces no coincide con lo que se considera saludable
Las personas con cáncer a menudo necesitan una alimentación que se aleja de lo que consideramos saludable. Para la mayoría de las personas, una alimentación saludable incluye muchos cereales integrales, frutas, verduras y hortalizas; cantidades moderadas de proteínas; y poca cantidad de azúcar, bebidas alcohólicas, sal y grasas no saludables.
Sin embargo, si tiene cáncer, quizás necesite consumir proteínas y calorías adicionales. Para lograr esto, tal vez deba comer más carne, pescado, huevos, productos lácteos, grasas y proteínas de origen vegetal que alguien que no tiene cáncer. Las proteínas y calorías adicionales le ayudarán a mantenerse fuerte para afrontar los efectos secundarios del tratamiento, prevenir la desnutrición y lograr una mejor calidad de vida (en la medida de lo posible).
Consultar con un nutricionista (dietista) puede ser útil para asegurarse de que consume la cantidad correcta de proteínas y calorías durante el tratamiento del cáncer y después de este. El nutricionista trabajará con usted, su familia y el resto del equipo médico con el fin de orientar y dirigir su alimentación.
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Planifique su alimentación antes del tratamiento del cáncer
Durante el tratamiento, es posible que sienta cansancio y malestar, por lo que quizás le sea difícil ir a comprar los alimentos, cocinarlos y comerlos. Planificar con anterioridad lo que va a comer, facilitará su alimentación durante el tratamiento.
Para planificar las comidas y las meriendas (refrigerios) antes del tratamiento siga los consejos que se indican a continuación.
Consejos para la compra de alimentos:
Consejos sobre la preparación de las comidas:
Consejos sobre la ayuda de otras personas:
Efectos del tratamiento del cáncer en la nutrición
El cáncer y su tratamiento a veces causan efectos secundarios que afectan el gusto, el olfato, el apetito y la capacidad de comer lo suficiente o absorber los nutrientes de los alimentos, lo que causa desnutrición o malnutrición.
Es posible que ciertos tipos de cáncer provoquen más problemas para comer, como los cánceres que afectan el aparato digestivo. Estos incluyen los cánceres de cabeza y cuello, esófago, estómago, páncreas, hígado o colon. Sin embargo, con cualquier tipo de cáncer se pueden presentar dificultades para alimentarse bien por los efectos del tratamiento de la enfermedad.
Cuando no se controla la desnutrición en estas personas, suele producirse caquexia por cáncer. La caquexia por cáncer es un síndrome de deterioro progresivo que causa debilidad, fatiga y pérdida de músculo y grasa; y es posible que se presente incluso si se alimenta bien.
Para obtener más información, consulte
Quimioterapia y problemas de alimentación
En la quimioterapia, se usan medicamentos para interrumpir la formación de células cancerosas, ya sea mediante su destrucción o al impedir su multiplicación. Sin embargo, estos medicamentos también pueden destruir las células sanas que se forman y se multiplican rápido, como las células de la boca y el tubo digestivo. Esto causa problemas alimenticios y otros efectos secundarios, como los siguientes:
Si recibe quimioterapia, es posible que tenga un riesgo alto de infecciones, incluso de aquellas que se transmiten por los alimentos (enfermedades de origen alimentario). Esto se debe a que la quimioterapia reduce el número de glóbulos blancos, que combaten las infecciones. Es importante que usted y sus cuidadores
Para obtener más información, consulte
Terapia hormonal y problemas de alimentación
La terapia hormonal se usa para retrasar o detener el crecimiento de cánceres que dependen de hormonas para su desarrollo, como los cánceres de mama, ovario y próstata. La terapia hormonal agrega, bloquea o elimina estas hormonas. Los medicamentos que se usan en este tratamiento pueden causar aumento de peso y otros efectos secundarios, como los siguientes:
Para obtener más información, consulte
Inmunoterapia y problemas de alimentación
La inmunoterapia usa el sistema inmunitario para combatir el cáncer. Los efectos secundarios de la inmunoterapia son diferentes en cada persona y dependen del tipo de medicamento que se use.
Es posible que la inmunoterapia cause fatiga, lo que a veces provoca falta de apetito. Para obtener más información, consulte
La inmunoterapia causa los siguientes efectos secundarios relacionados con la nutrición:
Para obtener más información, consulte
Radioterapia y problemas de alimentación
La radioterapia destruye las células cancerosas y las células sanas del área que se está tratando.
La radioterapia dirigida a cualquier parte del aparato digestivo tiene efectos secundarios que causan problemas de alimentación. La mayoría de los efectos secundarios empiezan de 2 a 3 semanas a partir del inicio de la radioterapia y desaparecen pocas semanas después de su finalización. Pero algunos duran meses o años tras terminar el tratamiento. Para obtener más información, consulte
La fatiga, que en ocasiones produce falta de apetito, es un efecto secundario común de la radioterapia. Para obtener más información, consulte
La radioterapia dirigida al encéfalo o a la cabeza y cuello causa los siguientes efectos secundarios:
La radioterapia dirigida al tórax causa los siguientes efectos secundarios:
La radioterapia dirigida al abdomen, la pelvis o el recto causa los siguientes efectos secundarios:
Para obtener más información, consulte
Trasplante de células madre y problemas de alimentación
Las personas que se someten a un trasplante de células madre tienen necesidades nutricionales especiales. Los medicamentos que se usan antes o durante un trasplante de células madre causan efectos secundarios que impiden que usted continúe con su alimentación y digestión habitual.
El trasplante de células madre causa los siguientes efectos secundarios relacionados con la nutrición:
Si se somete a un trasplante de células madre, es posible que tenga un riesgo alto de infecciones, incluso de aquellas que se transmiten por los alimentos (enfermedades de origen alimentario). Esto se debe a que el tratamiento que se administra antes del trasplante reduce el número de glóbulos blancos, que combaten las infecciones. Es importante que usted y sus cuidadores aprendan a preparar los alimentos de forma segura y a evitar aquellos que producen infecciones.
Después de un trasplante de células madre, también hay un riesgo de enfermedad de injerto contra huésped (EICH) aguda o crónica. La EICH puede afectar el tubo digestivo, la piel o el hígado y cambiar su capacidad de comer o de absorber nutrientes de los alimentos.
Para obtener más información, consulte
Cirugía y problemas de alimentación
A menudo, la cirugía forma parte del tratamiento del cáncer. Aquellas en las que se extirpa un órgano o parte de este afectan la capacidad para comer y digerir los alimentos. Después de cualquier cirugía, el cuerpo necesita energía y nutrientes adicionales para cicatrizar las heridas, combatir las infecciones y lograr la recuperación. Si está desnutrido antes de la cirugía, es posible que tenga problemas para sanar.
Con frecuencia, la cirugía causa los siguientes efectos secundarios:
Para obtener más información, consulte
Terapia dirigida y problemas de alimentación
La terapia dirigida es un tipo de tratamiento del cáncer que actúa sobre las proteínas que controlan la forma en que las células cancerosas se multiplican, se dividen y se diseminan. Es posible que este tratamiento afecte el funcionamiento normal del aparato digestivo y cause los siguientes efectos secundarios:
A veces se presentan otros problemas, como cambios en el gusto, además de boca seca o adolorida. Para obtener más información, consulte
Seguridad alimentaria durante el tratamiento del cáncer
Algunos tratamientos del cáncer debilitan el sistema inmunitario, lo que hace que para el cuerpo sea difícil combatir infecciones, incluso las enfermedades de origen alimentario. Por lo tanto, debe tener especial cuidado con la forma en que manipula y prepara los alimentos durante el tratamiento del cáncer. Mantenga los alimentos a temperaturas seguras; lave muy bien las verduras, hortalizas y frutas crudas (enjuáguelas con agua y frótelas con suavidad); y designe ciertos utensilios, platos y tablas de picar para carnes y otros diferentes para frutas y verduras frescas. Para obtener más información sobre seguridad alimentaria, consulte
Obtenga más información sobre el riesgo de
Evaluaciones nutricionales durante el tratamiento del cáncer
Si tiene problemas para comer y mantener su peso, quizás un miembro de los equipos de enfermería, médico o nutricional le haga una serie de preguntas para saber si usted presenta o está en riesgo de desnutrición.
Tal vez las preguntas estén relacionadas con los siguientes aspectos nutricionales:
Si está en riesgo de malnutrición o desnutrición, el médico le remitirá a un nutricionista. Este profesional puede hacer una evaluación que incluya los siguientes componentes:
A partir de esta información, se creará un plan de atención nutricional, que incluye estrategias para que usted y su familia mejoren su alimentación, y que además aborde los problemas nutricionales que presenta.
Formas de controlar los problemas nutricionales que causa el tratamiento del cáncer
Cuando los efectos secundarios del cáncer o el tratamiento de esta enfermedad afectan su alimentación, hay formas de ayudarle a obtener los nutrientes que necesita.
Formas de controlar la falta de apetito, pérdida de peso y saciedad precoz
Los siguientes consejos quizás le resulten útiles si presenta falta de apetito, pérdida de peso o saciedad precoz:
Si continúa teniendo problemas para comer y mantener su peso, puede analizar otras opciones de apoyo nutricional con el equipo de tratamiento. Estas opciones a veces incluyen la
También puede tomar medicamentos que aumenten el apetito. Para obtener más información, consulte
Formas de controlar las náuseas y vómitos
Las náuseas son una sensación de malestar en el estómago que se presenta con ganas de vomitar, mientras que los vómitos son la acción de vomitar o expulsar el contenido del estómago, que también se conoce como emesis. Las náuseas y los vómitos son efectos secundarios comunes de los tratamientos del cáncer, como la quimioterapia y la radioterapia. Pero hay medicamentos que a menudo previenen o alivian las náuseas y los vómitos antes de que comiencen o se conviertan en un problema.
El vómito a veces causa deshidratación y pérdida de muchos electrólitos. Los electrólitos son minerales, como el potasio, el sodio y el calcio, que ayudan a equilibrar los líquidos corporales y a mantener el funcionamiento del corazón, los nervios y los músculos. Hable con el nutricionista sobre las bebidas que ayudan a prevenir la deshidratación y la cantidad que debe consumir.
Para obtener más información, consulte
Formas de controlar la boca seca
La boca seca o xerostomía ocurre cuando uno tiene menos saliva que la normal. Esto hace que sea difícil hablar, masticar y tragar la comida. La boca seca a veces también cambia el sabor de los alimentos.
La quimioterapia y la radioterapia en el área de la cabeza o el cuello en ocasiones dañan las glándulas que producen la saliva. La inmunoterapia y algunos medicamentos también causan sequedad en la boca.
Se aconseja lo siguiente, si tiene boca seca:
Hable con su médico u odontólogo sobre el uso de saliva artificial o un producto similar para cubrir, proteger y humedecer la boca y la garganta.
Obtenga información sobre los
Formas de controlar las llagas bucales
Los tratamientos del cáncer pueden dañar las células de crecimiento rápido de la boca. La radioterapia dirigida a la cabeza o el cuello, la quimioterapia y la inmunoterapia a veces causan llagas bucales (pequeños cortes o úlceras en la boca) y sensibilidad en las encías. Los problemas dentales o las infecciones orales, como la candidiasis bucal, también causan dolor en la boca. Consulte con el odontólogo al menos 2 semanas antes de comenzar la inmunoterapia, quimioterapia o radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello.
Es muy probable que las molestias en la boca y las encías mejoren una vez que termine el tratamiento.
Se aconseja lo siguiente, si tiene llagas bucales:
Formas de controlar el dolor de garganta y la dificultad para tragar
La quimioterapia y la radioterapia dirigidas a la cabeza y el cuello a veces causan inflamación y dolor en el tejido que reviste la garganta, un problema de salud que se conoce como esofagitis. Es posible que sienta como un nudo en la garganta, o ardor de pecho o garganta. Quizás tenga también problemas para tragar. Todo esto hace que sea difícil comer y causa pérdida de peso.
Algunos tipos de quimioterapia y radioterapia dirigida a la cabeza y el cuello dañan las células de crecimiento rápido, como las del tejido que reviste la garganta. El riesgo de presentar dolor de garganta, dificultad para tragar u otros problemas de garganta depende de los siguientes aspectos:
Se aconseja lo siguiente, si tiene dolor de garganta o dificultad para tragar:
Hable con el médico sobre la alimentación enteral o por sonda si no come lo suficiente como para mantenerse fuerte.
Formas de controlar los cambios en el gusto y el olfato
El tratamiento del cáncer, los problemas dentales o el cáncer en sí a veces causan cambios en los sentidos del gusto y el olfato. Los alimentos quizás pierdan el sabor o algunos de ellos (como la carne) tengan un sabor amargo o metálico. A veces, las comidas que olían bien empiezan a oler distinto.
Aunque no hay una manera de prevenir estos problemas, sí existen estrategias para controlarlos. Además, a menudo estos problemas mejoran tras terminar el tratamiento.
Formas de controlar el sabor salado:
Formas de controlar el sabor demasiado dulce:
Formas de controlar la pérdida del gusto o el "mal" sabor de los alimentos:
Formas de controlar los sabores amargos y metálicos:
Formas de controlar los cambios en el olfato:
Tipos de apoyo nutricional si no puede comer
A veces, a pesar de hacer un gran esfuerzo, quizás no pueda comer lo suficiente para mantenerse fuerte. Si esto sucede, es posible que el apoyo nutricional por sonda sea una buena opción. Esto es útil cuando uno no puede comer o digerir suficientes alimentos. Con una buena nutrición, aumentan las probabilidades de no tener que interrumpir de manera imprevista el tratamiento.
En el caso de que necesite apoyo nutricional, el médico o el nutricionista hablarán con usted.
Hay dos tipos de apoyo nutricional, la nutrición enteral (por sonda) y la parenteral (por vena).
Nutrición enteral
La nutrición enteral proporciona nutrientes líquidos a través de un tubo o sonda que se coloca en el estómago o el intestino delgado. Hay dos tipos de sondas de alimentación:
El tipo de fórmula utilizada depende de sus necesidades nutricionales específicas. Hay fórmulas para las personas con afecciones de salud especiales, como diabetes, o con otras necesidades, como aquellas relacionadas con normas religiosas o culturales.
Algunas personas pueden seguir alimentándose por boca, aunque reciban nutrición enteral. Sin embargo, es importante que pregunte al médico si esto es seguro en su caso.
Nutrición parenteral
La nutrición parenteral se usa cuando no es posible alimentarse por boca ni por sonda. En la nutrición parenteral no se digieren los alimentos en el estómago ni en los intestinos. Los nutrientes se administran directo en la sangre a través de un catéter que se introduce en una vena. Estos nutrientes incluyen proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Al igual que con la nutrición enteral, algunas personas pueden seguir alimentándose por boca, aunque reciban nutrición parenteral. Pregunte al médico si esto es seguro en su caso.
El catéter se coloca en una vena del tórax o en el brazo.
Catéter venoso central. Se inserta debajo de la piel y se dirige hacia una vena grande de la parte superior del tórax. Este tipo de catéter lo debe colocar un cirujano y se usa cuando la alimentación parenteral es necesaria a largo plazo.
Catéter venoso periférico. Se inserta en una vena del brazo, y lo debe colocar personal médico capacitado. Por lo general, este tipo de catéter se usa para administrar la alimentación parenteral a corto plazo, o cuando no se ha colocado un catéter venoso central.
Se harán revisiones frecuentes para determinar la presencia de infección o sangrado en el sitio donde se introdujo el catéter.
Terapia nutricional durante la etapa final de la vida
Si está cerca del final de la vida, el objetivo es proporcionarle la mejor calidad de vida posible y controlar los síntomas que le causen malestar. Los objetivos nutricionales serán específicos para usted.
Los síntomas comunes que se presentan al final de la vida son los siguientes:
La atención se centra en aliviar estos síntomas, en lugar de obtener suficientes nutrientes.
Usted y su familia podrán decidir cuánta nutrición y líquidos recibirá al final de la vida
Las personas en la etapa final de la vida a menudo no sienten mucha hambre y tal vez quieran muy poca comida. Los sorbos de agua, los trozos de hielo y el cuidado bucal pueden ayudar con la sed. En esta etapa, no se debe forzar a la persona a que coma ni beba, ya que hacer esto podría causarle molestias o asfixia.
Usted y sus seres queridos tienen derecho a tomar decisiones informadas. Sus preferencias religiosas y culturales pueden afectar sus decisiones. El equipo de atención médica y un nutricionista le explicará las necesidades nutricionales y los beneficios y riesgos del uso de la nutrición enteral (por sonda) o parenteral (por vena) durante la etapa final de la vida.
Los posibles beneficios del apoyo nutricional para las personas que se espera que vivan más de un mes son los siguientes:
Los riesgos del apoyo nutricional durante la etapa final de la vida son los siguientes:
Para obtener más información sobre el apoyo nutricional y qué esperar durante los últimos días de vida, consulte
La falta de apetito y la pérdida de peso son efectos secundarios frecuentes del cáncer y su tratamiento. Cualquier persona con cáncer puede presentar estos efectos secundarios. Sin embargo, la pérdida de peso es más probable si tiene cáncer de cabeza y cuello, pulmón, páncreas, hígado, así como cánceres del aparato digestivo superior, por ejemplo cáncer de garganta, esófago, estómago y de la primera parte del intestino delgado.
La pérdida de apetito a menudo hace que comamos menos de lo que el cuerpo necesita, lo que causa adelgazamiento. Esto también ocurre cuando se queman más calorías de las que se consumen. La pérdida de peso puede producir
Si bien la caquexia también produce adelgazamiento, no se trata de la misma manera que la pérdida de peso porque son problemas de salud diferentes. Para obtener más información, consulte
Los efectos secundarios del tratamiento del cáncer que causan dificultades para comer son los siguientes:
Otros factores que pueden causar falta de apetito y pérdida de peso durante el tratamiento del cáncer son la ansiedad, el
Formas de controlar la falta de apetito y la pérdida de peso en las personas con cáncer
Hable con su médico o nutricionista (dietista) si comienza a perder el apetito y pida una consulta de inmediato si baja de peso. El nutricionista puede ayudarle a usted y a su familia a controlar la pérdida de peso. Las siguientes son algunas recomendaciones que quizás sean útiles.
Consejos sobre qué alimentos comer:
Consejos sobre cuándo comer:
Consejos sobre las bebidas:
Consejos para la preparación de las comidas:
Otros consejos para mejorar la alimentación:
Medicamentos para controlar la falta de apetito relacionada con el cáncer y su tratamiento
Hable con su médico sobre los estimulantes del apetito (orexígenos). Estos medicamentos aumentan las ganas de comer y pueden ayudarle a ganar peso.
Aumento del apetito y ganancia de peso por cáncer
Si bien muchas personas con cáncer pierden el apetito y adelgazan, otras personas aumentan de peso durante el tratamiento del cáncer.
La ganancia de peso es más común si tiene cáncer de ovario, mama o próstata, aunque cada persona es diferente. Por eso, a pesar de que tenga uno de estos cánceres, no siempre aumentará de peso, y es posible que gane peso con otro tipo de cáncer.
Si aumenta de peso durante el tratamiento del cáncer, hable con su médico para que evalúe la causa y el tipo de ganancia de peso. Los cambios pequeños durante el tratamiento del cáncer son normales. Pero si el aumento es repentino y rápido, como 5 libras en una semana, o no cesa, comuníquese con el médico de inmediato.
Causas del aumento de peso en las personas con cáncer
Retención de líquidos. Algunos cánceres producen aumento de peso debido al tamaño del tumor o a la acumulación de líquido. Hay diferentes tipos de acumulación de líquido, pero todos causan ganancia de peso. Para obtener más información sobre la retención de líquidos, consulte
Aumento del apetito. Es posible que el cáncer en sí, el tratamiento de esta enfermedad o los medicamentos que se usan para su tratamiento, aumenten el apetito y los antojos de consumir alimentos que engordan.
Cambios metabólicos. La terapia hormonal puede causar aumento de peso al disminuir las hormonas sexuales. Cuando hay concentraciones más bajas de hormonas sexuales, el metabolismo se vuelve más lento. El metabolismo es la velocidad a la que el cuerpo consume la energía. Cuando es más lento, el cuerpo gasta menos energía, lo que facilita el aumento de peso.
Algunas terapias hormonales y quimioterapias producen menopausia precoz en las mujeres y, en ocasiones, esto causa disminución del metabolismo y aumento de peso.
Medicamentos. Los corticoesteroides, que a menudo se administran durante el tratamiento del cáncer, aumentan el apetito y las ganas de comer. Cuando consumimos más calorías de las que nuestro cuerpo quema, aumentamos de peso. Si toma corticoesteroides, trate de comer
En ocasiones, los medicamentos también causan aumento de peso al hacer que el cuerpo retenga agua (retención de líquidos). Si esto ocurre, es posible que se vea y se sienta hinchado. Para obtener más información sobre la retención de líquidos, consulte
Disminución de la actividad. Muchos tratamientos contra el cáncer causan cansancio, fatiga y dolor, lo que dificulta la actividad. Esto, a su vez, puede producir aumento de peso. Hable con su médico acerca de cómo controlar problemas, como la fatiga o el dolor, para mantenerse lo más activo posible. Para obtener más información, consulte
Formas de controlar el aumento del apetito y la ganancia de peso en las personas con cáncer
Los siguientes son algunos consejos para controlar el aumento del apetito y reducir o detener la ganancia de peso. Hable con su médico o nutricionista para saber si son adecuados para usted.
Consejos sobre alimentos que conviene consumir:
Consejos sobre los alimentos que conviene limitar:
Consejos para la compra de comestibles:
Consejos para preparar las comidas:
Otras formas de controlar el aumento de peso:
Si tiene hinchazón por corticoesteroides, evite los alimentos con alto contenido de sodio, como los siguientes:
Si no desea eliminar estos productos, busque opciones con menos sodio. Puede mirar en la parte frontal del envase del producto y ver si dice "bajo en sodio", "muy bajo en sodio" o "sin sodio".
En lugar del salero o potorro, use especias secas, deshidratadas o frescas como ajo y cebolla en polvo, o albahaca y orégano frescos.
Hable con el médico o nutricionista antes de comenzar un régimen o dieta para bajar de peso. Si come debido al estrés, el miedo o la depresión, considere hablar con un consejero u orientador psicológico. Es posible que el médico también le recete medicamentos para aliviar estos sentimientos. Para obtener más información, consulte
Desnutrición por cáncer
La desnutrición se produce cuando el cuerpo no recibe suficiente energía, proteínas, vitaminas y minerales. Este problema también se conoce como malnutrición.
Causas de la desnutrición en las personas con cáncer
El cáncer en sí y los efectos secundarios de su tratamiento a veces producen desnutrición.
El cáncer y su tratamiento pueden causar desnutrición de varias maneras, por ejemplo, al disminuir el apetito, hacer que se sacie más rápido y cambiar el sentido del gusto y el olfato. Esto quizás haga que coma menos. De hecho, la disminución o la pérdida del apetito es una de las causas principales de desnutrición en las personas con cáncer. A veces, el cáncer también produce desnutrición porque causa problemas para tragar, digerir y absorber los alimentos.
Los efectos secundarios comunes del tratamiento que aumentan el riesgo de desnutrición son los siguientes:
El cáncer y sus tratamientos en ocasiones también causan
Problemas que causa la desnutrición
La desnutrición puede causarle debilidad, cansancio e incapacidad para combatir infecciones, o incluso provocar la suspensión del tratamiento del cáncer. Los estudios muestran que la desnutrición disminuye la calidad de vida y puede causar la muerte.
Detección de la desnutrición
Es posible que el equipo de atención de la salud le haga exámenes de detección y evaluaciones nutricionales para detectar los problemas de alimentación de forma temprana y medir el riesgo de desnutrición. Pida a su médico una evaluación nutricional antes de empezar el tratamiento y pregunte cuándo debe repetir la evaluación.
Formas de prevenir la desnutrición
A continuación se ofrecen consejos para prevenir la desnutrición.
Consejos sobre qué comer:
Consejos sobre cuándo comer:
Consejos para hablar con el médico o el nutricionista:
Si continúa con problemas para comer y está perdiendo peso, el médico o el nutricionista quizás le recomienden la alimentación por sonda (nutrición enteral) o vena (nutrición intravenosa o parenteral). Para obtener más información sobre estos tipos de alimentación, consulte
Búsqueda de apoyo si tiene cambios en el peso y desnutrición
Apoyo de familiares y amigos. Pida a sus familiares y amigos que le ayuden con la planificación de las comidas, la compra de comestibles y víveres, la cocina y la limpieza. Hágales una lista de sus comidas favoritas para que ellos se las puedan preparar.
Apoyo del equipo de atención de la salud. Si tiene problemas para comer y beber, el médico y el nutricionista pueden ayudarlo. El médico quizás le recete medicamentos para controlar algunos de estos problemas y lo derive a un nutricionista. El nutricionista es un experto en nutrición y dietética y le ayudará a mejorar sus hábitos alimenticios antes, durante y después del tratamiento.
Apoyo para los cuidadores. No se sorprenda ni se moleste si las preferencias alimenticias de su ser querido cambian de un día para el otro. Quizás haya días en los que rechace una de sus comidas favoritas o diga que ahora la comida le sabe mal. Ofrézcale su ayuda, pero no lo obligue ni lo presione para comer. Hable con su ser querido sobre las formas de sobrellevar los problemas de alimentación. Pida al médico que lo derive a un nutricionista y asista a esa consulta. Hable sobre los problemas y pida otros consejos que los ayuden a sentirse con un mayor control. Para obtener más información sobre cómo obtener apoyo cuando un ser querido recibe tratamiento para el cáncer, consulte
Recursos relacionados
La caquexia por cáncer es un síndrome de deterioro progresivo que causa debilidad, fatiga y pérdida de músculo esquelético y grasa. A diferencia de la desnutrición, la caquexia no mejora solo con el apoyo nutricional, sino que se debe tratar con medicamentos y es difícil de detener una vez que comienza. Este tipo de caquexia, que también se conoce como caquexia cancerosa, tumoral o neoplásica, es más común en las personas con cáncer avanzado.
La caquexia por cáncer tiene tres estadios:
¿Qué causa la caquexia por cáncer?
Los científicos no comprenden bien cómo se produce la caquexia en las personas con cáncer, pero piensan que la causa principal es la inflamación. Es posible que el aumento del metabolismo, la resistencia a la insulina y los cambios hormonales también tengan una función importante.
Inflamación
La inflamación puede producir falta de apetito, pérdida de músculo y grasa, cambios en la forma en que el cuerpo usa los nutrientes, disminución de la cantidad de alimentos que se consumen y aumento del metabolismo. Las pruebas de laboratorio muestran que ciertos cánceres, como los de mama, ovario y esófago, causan inflamación en el cuerpo.
Cambios en el metabolismo
Algunos cánceres cambian el metabolismo o la forma en que el cuerpo usa los carbohidratos, las proteínas y las grasas de los alimentos. Estos cambios incluyen la descomposición rápida de las reservas de proteínas y grasas del cuerpo, lo que causa la pérdida de músculo y grasa. El aumento del metabolismo también significa que el cuerpo usa más energía, y por lo tanto, le cuesta más obtener la energía y las proteínas que necesita. Esto produce pérdida de peso y, en ocasiones, caquexia.
No todas las personas con cáncer tienen un aumento del metabolismo. Sin embargo, es común en quienes tienen cánceres de cabeza y cuello, pulmón y páncreas, así como cánceres del tubo digestivo superior.
Resistencia a la insulina
Es posible que las personas con cáncer tengan resistencia a la insulina. En condiciones normales, después de consumir los alimentos, la insulina le indica a las células que dejen pasar la glucosa (azúcar) de la sangre a las células. Sin embargo, cuando se tiene resistencia a la insulina, las células ya no responden a esta sustancia, por lo que la glucosa no puede entrar en las células y se acumula en la sangre. Esto produce hiperglucemia, un problema de salud en el que hay un exceso de azúcar en sangre. Por otro lado, como la glucosa no puede entrar en las células, no está disponible para que las células la usen como fuente de energía, lo que a veces causa pérdida de peso y caquexia.
Cambios hormonales
La caquexia en las personas con cáncer en ocasiones se produce por un cambio en las hormonas, mensajeros químicos que le dicen a las células lo que deben hacer. Hay dos grupos de hormonas que se relacionan con este tipo de caquexia: las hormonas catabólicas y las hormonas anabólicas. Las hormonas catabólicas descomponen el tejido, mientras que las anabólicas forman el tejido. En la caquexia por cáncer, el cuerpo tiene más hormonas catabólicas que anabólicas. Este desequilibrio produce destrucción muscular, lo que empeora la caquexia.
Síntomas de la caquexia por cáncer
Los síntomas más comunes de la caquexia son los siguientes:
Estos síntomas pueden tener muchas causas y tal vez no sean un signo de caquexia. Es importante que hable con el equipo médico si nota estos cambios, ya que ellos podrán ayudarle a controlarlos y decidir si se necesitan otras pruebas.
Formas de prevenir la caquexia por cáncer
Detectar y tratar la desnutrición de manera temprana es la mejor manera de prevenir la caquexia en una persona que tiene cáncer. Hable con su médico sobre la posibilidad de hacer evaluaciones nutricionales con regularidad durante el tratamiento para saber si tiene riesgo de desnutrición y caquexia por cáncer. Para obtener más información, consulte
Formas de controlar la caquexia por cáncer
Se necesita la ayuda de muchos tipos de proveedores de atención médica para controlar la caquexia.
Es posible que el médico le recete medicamentos como estimulantes del apetito (orexígenos) y antiinflamatorios. Quizás lo deriven a un especialista en nutrición y dietética, quien puede que le recomiende suplementos nutricionales, como Ensure o Boost. Este profesional brinda asesoramiento y educación sobre alimentación a pacientes y cuidadores. Cuando es necesario, también supervisa el apoyo nutricional, como la alimentación por sonda (nutrición enteral) o por vena (nutrición intravenosa o parenteral). Para obtener más información sobre la alimentación por sonda o intravenosa, consulte
Es posible que el médico le recomiende fisioterapia para mejorar la fuerza y la resistencia. Al estar más fuerte, podrá moverse mejor y realizar las actividades cotidianas, lo que quizás le ayude a mejorar su calidad de vida.
Si tiene problemas para tragar, es posible que el médico lo derive a un logopeda (foniatra). Si las llagas u otros problemas en la boca hacen que le cueste comer y beber, quizás le sugieran que consulte con un odontólogo. Para obtener más información sobre cómo controlar los problemas en la boca durante el tratamiento del cáncer, consulte
Búsqueda de apoyo si tiene caquexia por cáncer
Apoyo de familiares y amigos. Si tiene caquexia, quizás se sienta cansado y no sea capaz de hacer las actividades cotidianas. Pida a sus familiares y amigos que le ayuden a planificar las comidas, comprar los víveres, cocinar y limpiar. Ellos querrán saber cómo pueden ayudar. Si las personas le ofrecen ayuda, acéptela.
Apoyo del equipo de atención de la salud. Asegúrese de comunicarle a su médico los problemas que tiene para que le recete medicamentos o lo derive a otros proveedores de atención médica, de ser necesario.
Apoyo para los cuidadores. Es normal sentir angustia cuando un ser querido tiene caquexia. Quizás se preocupe por el adelgazamiento, el deterioro del funcionamiento físico y el cambio de aspecto.
Es posible que haya días en los que su ser querido no tenga ganas de comer ni beber. Ofrézcale su ayuda, pero no lo obligue ni lo presione para comer. Hable con el médico para que derive a la persona con caquexia a un especialista en nutrición y a un fisioterapeuta. Asista a estas consultas para saber cuál es la mejor forma en la que usted puede ayudar.
Aprender sobre la caquexia le permitirá saber qué esperar y aliviará su ansiedad. Para obtener más información sobre cómo obtener apoyo, consulte
La caquexia por cáncer a menudo se presenta al final de la vida. Quizás sea útil hablar con el equipo médico o el personal de enfermería sobre qué esperar durante esta etapa. Para obtener más información, consulte
Recursos relacionados
Última revisión: 2024-10-15
Si usted quiere saber más sobre el cáncer y cómo se trata, o si desea saber sobre ensayos clínicos para su tipo de cáncer, puede llamar al Servicio de Información del Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) al 1-800-422-6237, llamada gratuita. Un especialista en información capacitado puede hablar con usted y responder a sus preguntas.
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