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Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
Nota: En esta sección, se resume la evidencia científica publicada sobre la prevención de este tipo de cáncer. En el resto del resumen, se describe la evidencia con más detalle.
También están disponibles otros resúmenes del PDQ relacionados: Exámenes de detección del cáncer de cuello uterino y Tratamiento del cáncer de cuello uterino.
Quiénes están en riesgo
Los tipos carcinogénicos de virus del papiloma humano (VPH) son los agentes microbios patógenos, etiológicos principales que causan prácticamente todos los casos de cáncer de cuello uterino. El VPH de tipo 16 (VPH 16) y el VPH de tipo 18 (VPH 18) casi siempre se relacionan con enfermedad invasiva.[
Factores con evidencia adecuada de un aumento de riesgo de cáncer de cuello uterino
Virus del papiloma humano
Sobre la base de evidencia sólida obtenida en estudios de observación, la infección por el virus del papiloma humano (VPH) se relaciona con la presentación de cáncer de cuello uterino.
Magnitud del efecto: el VPH se considera el principal agente infeccioso etiológico que causa prácticamente todos los casos de cáncer de cuello uterino.
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Inmunodepresión
Sobre la base de evidencia sólida, el estado de inmunodepresión se relaciona con un aumento de riesgo de cáncer de cuello uterino.
Diseño del estudio: evidencia obtenida de estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Relaciones sexuales a una edad temprana con una cantidad grande de parejas
Sobre la base de evidencia sólida, el inicio de la actividad sexual a una edad temprana y con una gran cantidad de parejas se relacionan, ambas, con un aumento en el riesgo de infección por el VPH y presentación subsiguiente de cáncer de cuello uterino.
Magnitud del efecto: las mujeres que tienen su primera relación sexual a los 17 años o menos, o que han tenido 6 parejas sexuales o más, presentan alrededor de 2 o 3 veces más riesgo de tener cáncer de células escamosas o adenocarcinoma de cuello uterino, en comparación con las mujeres que tienen su primera relación a los 21 años o más, o que han tenido una sola pareja sexual.[
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y estudios de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Número alto de partos
Sobre la base de evidencia sólida, el número alto de partos se relaciona con un aumento de riesgo de cáncer de cuello uterino en mujeres infectadas por el VPH.
Magnitud del efecto: entre las mujeres infectadas por el VPH, aquellas que tuvieron 7 o más embarazos a término tienen un riesgo de presentar cáncer de células escamosas 4 veces mayor que las mujeres nulíparas y un riesgo de 2 a 3 veces mayor que el de las mujeres que tuvieron 1 o 2 embarazos a término.[
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Uso prolongado de anticonceptivos orales
Sobre la base de evidencia sólida, el uso prolongado de anticonceptivos orales se relaciona con un aumento de riesgo de cáncer de cuello uterino en mujeres infectadas por el VPH.
Magnitud del efecto: entre las mujeres infectadas por el VPH, aquellas que usaron anticonceptivos orales durante 5 a 9 años tienen una incidencia alrededor de 3 veces más alta de cáncer invasor; aquellas que los usaron durante 10 años o más tienen un riesgo casi 4 veces más alto.[
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Exposición al humo de cigarrillos
Sobre la base de evidencia sólida, el consumo de tabaco, tanto activo como pasivo, se relaciona con un aumento de riesgo de cáncer de cuello uterino en mujeres infectadas por el VPH.
Magnitud del efecto: entre las mujeres infectadas por el VPH, aquellas que fuman o fumaron cigarrillos tienen una incidencia alrededor de 2 a 3 veces mayor de presentar una neoplasia intraepitelial de grado alto o cáncer invasivo. El onsumo de tabaco pasivo también se relaciona con aumento de riesgo, pero en menor medida.
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Exposición al dietilestilbestrol
Sobre la base de evidencia sólida, la exposición al dietilestilbestrol (DES) se relaciona con un aumento de riesgo de presentar adenocarcinoma de células claras de cuello uterino.
Magnitud del efecto: alrededor de 1 de cada 1000 mujeres expuestas al DES in utero presentará adenocarcinoma de células claras de cuello uterino.
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Factores con evidencia adecuada de una disminución del riesgo del cáncer de cuello uterino
Abstinencia sexual
Sobre la base de evidencia sólida, la abstinencia de actividad sexual se relaciona con una reducción casi total del riesgo de presentar cáncer de cuello uterino.
Magnitud del efecto: la abstinencia sexual básicamente impide la trasmisión del VPH.
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios cohortes y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Intervenciones con evidencia adecuada de una disminución del riesgo de cáncer de cuello uterino
Nota: Sobre la base de evidencia sólida, los exámenes de detección mediante la prueba de Papanicolaou (Pap) y la prueba del ADN del VPH disminuyen la incidencia del cáncer de cuello uterino. Para obtener más información sobre estos exámenes de detección, consultar Exámenes de detección del cáncer de cuello uterino.
Vacunación contra el virus del papiloma humano: beneficios
Sobre la base de evidencia sólida, la vacunación contra el VPH 16 y el VPH 18 es eficaz para prevenir la infección por estos tipos de VPH en personas sin infección previa y se relaciona con una disminución de la incidencia de neoplasia intraepitelial de cuello uterino de grados 2 y 3. Por extrapolación, estas vacunas también se deberán relacionar con una incidencia reducida de cáncer de cuello uterino.
Magnitud del efecto: la vacunación contra el VPH 16 y el VPH 18 reduce la incidencia y persistencia de infecciones con una eficacia del 91,6 % (intervalo de confianza [IC] 95 %, 64,5–98,0 %) y del 100 % (IC 95 %, 45–100 %), respectivamente.
Diseño del estudio: evidencia obtenida en ensayos aleatorizados controlados (para lesiones precursoras intraepiteliales) y análisis de estudios de cohortes (para cánceres de cuello uterino invasivos). |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Vacunación contra el virus del papiloma humano: perjuicios
Sobre la base de evidencia sólida, los perjuicios de las vacunas contra el VPH incluyen reacciones en el sitio de la inyección, mareos y síncope, cefaleas y fiebre. La vacunación durante el embarazo no se ha relacionado con desenlaces adversos del embarazo.[
Diseño del estudio: evidencia obtenida de ensayos aleatorizados controlados. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Uso de barreras de protección durante el coito: beneficios
Sobre la base de evidencia sólida, el uso de métodos de barrera (por ejemplo, preservativos) durante el coito se relaciona con una disminución del riesgo de cáncer de cuello uterino.
Magnitud del efecto: el uso regular de una barrera de protección disminuye la incidencia de cáncer de cuello uterino (riesgo relativo, 0,4; IC 95 %, 0,2–0,9).
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Uso de barreras de protección durante el coito: perjuicios
Sobre la base de evidencia razonable, el uso de métodos de barrera durante el coito se relaciona con pocos perjuicios graves. Los métodos de barrera se pueden romper, lo que posiblemente resulte en un embarazo no deseado. En ocasiones, se presentan reacciones alérgicas al material de barrera (por ejemplo, látex natural).
Diseño del estudio: evidencia obtenida en estudios de cohorte y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Referencias:
Se estima que en 2024 se presentarán 13 820 casos nuevos de cáncer de cuello uterino y 4360 defunciones debidas a este cáncer en los Estados Unidos.[
Referencias:
Virus del papiloma humano
En estudios epidemiológicos para evaluar los factores de riesgo de lesiones escamosas intraepiteliales y neoplasias malignas de cuello uterino, se demostró de forma concluyente un modo de trasmisión sexual de un carcinógeno.[
Inmunodepresión
El sistema inmunitario del huésped resuelve la mayoría de los casos de infección por el VPH. La inmunodepresión conduce a la persistencia de la infección vírica con un aumento en el riesgo subsiguiente de neoplasia de cuello uterino. Durante las últimas tres décadas de la epidemia del SIDA, se ha estudiado a mujeres con inmunodepresión como resultado de una infección por VIH. En un estudio de América del Norte, se estudió a un grupo de 13 690 mujeres infectadas por el VIH durante una mediana de 5 años. La tasa de cáncer de cuello uterino invasivo en las mujeres infectadas por el VIH fue de 26 casos por cada 100 000 mujeres; esto fue casi 4 veces más que en un grupo de control no infectado por el VIH.[
Relaciones sexuales a una edad temprana con una gran cantidad de parejas
Se ha establecido que la infección por el VPH es una causa necesaria en casi todos los casos de cáncer de cuello uterino y el principal modo de trasmisión sexual es el coito. Esto provee el contexto para las observaciones de que ser muy joven al momento del primer contacto sexual y la cantidad creciente de parejas sexuales durante la vida, ambas cosas aumentan el riesgo de presentar cáncer de cuello uterino. Datos individuales de pacientes de 12 cohortes y estudios de casos y controles se analizaron en conjunto y se observaron aumentos estadísticamente significativos en el riesgo de presentar cáncer de cuello uterino en las mujeres que tenían 17 años o menos al momento del primer coito, en comparación con las mujeres que tenían 21 años de edad o más al primer coito (riesgo relativo [RR] para el cáncer de células escamosas, 2,24; intervalo de confianza [IC] 95 %, 2,11–2,38 y RR para el adenocarcinoma, 2,06; IC 95 %, 1,83–2,33). Se observaron datos similares en mujeres que tuvieron durante toda su vida 6 o más parejas sexuales, en comparación con mujeres que tuvieron una sola pareja sexual (RR para el cáncer de células escamosas, 2,98; IC 95 %, 2,62–3,40 y RR para el adenocarcinoma de 2,64; IC 95 %, 2,07–3,36).[
Número alto de partos
El número alto de partos se reconoció desde hace mucho como un factor de riesgo para el cáncer de cuello uterino, pero la relación entre el número de partos y la infección por el VPH era incierta. En un metanálisis de 25 estudios epidemiológicos que incluyeron a 16 563 mujeres con cáncer de cuello uterino y 33 542 mujeres sin cáncer de cuello uterino, se observó que el número de embarazos a término se relacionó con un aumento de riesgo, independientemente de la edad del primer embarazo. Estos datos también fueron válidos cuando el análisis se limitó a las pacientes con riesgo alto de infecciones por el VPH (RR, 4,99; IC 95 %, 3,49–7,13 para 7 o más embarazos vs. ningún embarazo; prueba de tendencia lineal X 2 = 30,69; P < 0,001).[
Uso prolongado de anticonceptivos orales
También se ha sabido que el uso prolongado de anticonceptivos orales se relaciona con el cáncer de cuello uterino, pero su relación con la infección por el VPH también fue incierta. Se realizó un análisis conjunto de las mujeres con el VPH de los estudios descritos anteriormente. En comparación con las mujeres que nunca usaron anticonceptivos orales, las que los utilizaron por menos de 5 años no presentaron un aumento de riesgo de cáncer de cuello uterino (oportunidad relativa [OR], 0,73; IC 95 %, 0,52–1,03). La OR para las mujeres que utilizaron anticonceptivos orales durante 5 a 9 años fue de 2,82 (IC 95 %, 1,46–5,42) y, durante 10 años o más, la OR fue de 4,03 (IC 95 %, 2,09–8,02).[
Exposición al humo de cigarrillos
En las mujeres que consumen cigarrillos aumenta el riesgo de carcinoma de células escamosas.[
Exposición al dietilestilbestrol
El dietilestilbestrol (DES) es una forma de estrógeno sintético que se recetó a las mujeres embarazadas en los Estados Unidos entre 1940 y 1971 para prevenir el aborto y el parto prematuro. El DES produce un aumento importante del riesgo de adenocarcinoma de células claras de la vagina y el cuello uterino en las hijas de mujeres que usaron el fármaco durante el embarazo (razón de incidencia estandarizada, 24,23; IC 95 %, 8,89–52,74); el riesgo persiste a medida que estas mujeres se acercan a sus 40 años.[
La exposición al DES in utero también se relaciona con un aumento de riesgo de displasia de cuello uterino. En una evaluación de 3 cohortes de los estudios Diethylstilbestrol Adenosis, Dieckmann y el Women's Health Study, con seguimiento a largo plazo de más de 4500 mujeres expuestas in utero al DES, se encontró que el 6,9 % de las mujeres expuestas presentaron una neoplasia intraepitelial cervical de grado II o más alto en comparación con el 3,4 % de mujeres no expuestas (cociente de riesgos instantáneos, 2,28; IC 95 %, 1,59–3,27).[
Referencias:
Abstinencia sexual
Casi todos los casos de cáncer de cuello uterino se relacionan con la infección por el virus del papiloma humano (VPH), que se transmite durante las relaciones sexuales. Por lo tanto, el cáncer de cuello uterino se observa con más frecuencia en las mujeres con actividad sexual a una edad más temprana y con diferentes parejas.[
Referencias:
Vacunación contra el virus del papiloma humano
Dada la función etiológica del virus del papiloma humano (VPH) en la patogénesis de la neoplasia cervical, las vacunas para inmunizar a las personas contra la infección por el VPH ofrecen una estrategia de prevención primaria del cáncer de cuello uterino. La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) aprobó en 2006 una vacuna tetravalente (VPH tipo 6 [VPH 6], tipo 11 [VPH 11], tipo 16 [VPH 16] y tipo 18 [VPH 18]) en la que se usa un conjunto de proteínas tardías de tipo L1 para inducir inmunidad mediada por anticuerpos; la FDA aprobó en 2009 una vacuna bivalente (VPH 16, 18) y, en 2014, se aprobó una vacuna dirigida a 9 tipos de VPH. La vacunación durante el embarazo no se ha relacionado con desenlaces adversos del embarazo.[
La infección persistente por tipos oncógenos de VPH, como el VPH 16 y el VPH 18, se relaciona con la presentación de cáncer de cuello uterino.[
En un ensayo multicéntrico, con enmascaramiento doble controlado con placebo, se inscribió a 2391 mujeres de entre 16 y 23 años y se las asignó al azar para recibir 40 µg de la vacuna VPH 16 L1 VLP o placebo el día 1, a los 2 meses y a los 6 meses. Se llevaron a cabo pruebas de Papanicolaou (Pap) y muestras genitales del ADN del VPH 16 en el día 1, a los 7 meses y cada 6 meses durante 48 meses. Se obtuvieron colposcopias y biopsias de cuello uterino cuando estaba clínicamente indicado en el momento de la terminación del estudio. Se midieron los valores séricos de anticuerpos contra el VPH 16 al inicio del estudio, a los 7 meses y, luego, cada 6 meses. Un grupo de 1505 mujeres (755 que recibieron la vacuna y 750 que recibieron placebo) completaron las 3 dosis de la vacuna y se sometieron a seguimiento después del mes 7. Después de la inmunización, los valores de anticuerpos contra el VPH alcanzaron un máximo a los 7 meses, se redujeron hasta el mes 18 y, luego, se estabilizaron durante 30 y 48 meses. No hubo casos de neoplasia intraepitelial cervical (NIC) en las mujeres tratadas con la vacuna, pero hubo 12 casos en el grupo placebo (6 NIC 2 y 6 NIC 3). Se observó infección por el VPH 16 que persistió durante por lo menos 4 meses en 7 mujeres tratadas con la vacuna, en comparación con 111 mujeres tratadas con placebo.[
Se realizó un estudio internacional con enmascaramiento doble controlado por placebo de una vacuna bivalente tipo VPH 16/VPH 18 VLP con 1113 mujeres de 15 a 25 años con características citológicas normales en el cuello uterino que eran seronegativas para el VPH 16, VPH 18 y otros 12 tipos de VPH oncógenos en el momento de la inscripción. Las mujeres recibieron la vacuna o un placebo a los 0, 1 y 6 meses y se evaluaron las características citológicas del cuello uterino y las muestras cervicovaginales obtenidas por ellas mismas durante por lo menos 18 meses. Se realizó un estudio de seguimiento con una asignación al tratamiento enmascarada durante 3 años más, para llevar a cabo un análisis combinado de hasta 6,4 años de seguimiento. La tasa de infección persistente por el VPH 16 o VPH 18 a los 12 meses en una cohorte de acuerdo con el protocolo (es decir, las mujeres que recibieron las 3 dosis de la vacuna o del placebo según el régimen programado) fue de 0 entre 401 mujeres en el grupo de vacuna, en comparación con 20 de 372 mujeres en el grupo de placebo, con una tasa de eficacia de la vacuna del 100 % (intervalo de confianza [IC] 95 %, 81,8–100 %). El diagnóstico de NIC 2 o superior en una cohorte del total de vacunadas (es decir, las mujeres que recibieron por lo menos una dosis de la vacuna o placebo) fueron 0 de 481 mujeres en el grupo de la vacuna comparadas con 9 de 470 mujeres en el grupo de placebo, con una eficacia de la vacuna del 100 % (IC 95 %, 51,3–100 %). Los efectos adversos fueron similares en las mujeres vacunadas y las tratadas con placebo. Ninguno de los análisis se realizó con el método de intención de tratar (IDT), por lo que es difícil saber cuál sería la verdadera eficacia de la vacuna en la práctica clínica de rutina con respecto a los criterios de valoración, ya sean virológicos o citohistológicos. Por otra parte, los resultados citohistológicos se notificaron solo como criterios de valoración combinados (NIC 2+), por lo que es imposible distinguir la eficacia de la vacuna solo contra el cáncer de cuello uterino invasivo y, potencialmente, se exagera la eficacia observada mediante la inclusión de lesiones con una probabilidad relativamente alta (cerca del 50 % para NIC 2 [
Reducción relativa estimada (IC 95%) | ||
---|---|---|
Edad a la que se ofreció la vacuna | Cáncer de cuello uterino | NIC 3 |
IC = intervalo de confianza; NIC = neoplasia intraepitelial cervical. | ||
16–18 años | 34 % (25–41) | 39 % (36–41) |
14–16 años | 62 % (52–71) | 75 % (72–77) |
12–13 años | 87 % (72–94) | 97 % (96–78) |
En un ensayo multinacional, con enmascaramiento doble, aleatorizado y controlado con 17 622 mujeres de 15 a 26 años (FUTURE I y II), se evaluó una vacuna tetravalente (VPH de tipos 6, 11, 16 y 18).[
Población | Estimación puntual e IC 95 % |
---|---|
IC = intervalo de confianza; IDT = intención de tratar; NIC = neoplasia intraepitelial cervical; VPH = virus del papiloma humano. | |
Población nunca infectada por el VPH y evaluada por NIC 3-VPH | 100 % (90,5–100 %) para lesiones relacionadas con el VPH 6, VPH 11, VPH 16 o VPH 18 |
IDT NIC 3 | 45,3 % (29,8–57,6 %) para lesiones relacionadas con el VPH 6, VPH 11, VPH 16 o VPH 18 |
En este estudio, también se observaron disminuciones de las tasas de pruebas de Pap anómalas, así como de procedimientos diagnósticos posteriores. Durante el ensayo, no se identificaron casos de cáncer de cuello uterino invasivo.
En otro ensayo internacional aleatorizado con 14 215 mujeres, se estudió una vacuna nonavalente contra el VPH (9vHPV). Esta nueva vacuna, 9vHPV, incluye los 4 tipos de VPH de la vacuna tetravalente, qHPV (6, 11, 16, 18) y también otros 5 tipos oncógenos (31, 33, 45, 52, 58). Las mujeres sexualmente activas de entre 16 y 26 años con menos de 5 parejas sexuales durante su vida recibieron 3 inyecciones intramusculares (día 1, mes 2 y mes 6) de la vacuna qHPV o la vacuna 9vHPV. Se evaluó a las mujeres cada 6 meses hasta por 5 años. La tasa de enfermedad cervical, vulvar o vaginal de grado alto fue la misma en ambos grupos (14,0 por 1000 años-persona) debido a una infección por el VPH preexistente, pero la tasa de enfermedad relacionada con el VPH 31, 35, 45, 52 y 58 fue más baja en el grupo de la vacuna 9vHPV (0,1 vs. 1,6 por 1000 años-persona). Las reacciones en el lugar de inyección fueron más frecuentes en el grupo que recibió 9vHPV.[
En la actualidad, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos recomiendan que todos los tipos de vacunas contra el VPH se administren en 2 dosis con un intervalo mínimo de 6 meses entre cada dosis en el caso de adolescentes menores de 15 años de edad. Para las personas mayores de esta edad, la recomendación vigente es administrar la serie original de 3 dosis. Hace poco, debido a los costos y el cumplimiento con las dosis por parte del paciente, se publicaron datos sobre la obtención de una eficacia similar mediante el uso de un calendario de vacunación con dosis reducidas. En un análisis combinado a posteriori de dos ensayos controlados aleatorizados de fase III con la vacuna bivalente del VPH; en el Costa Rica Vaccine Trial y el PApilloma TRIal against Cancer In young Adults [PATRICIA], se observó que entre las mujeres sin el VPH en el momento de inscribirse para el tipo específico de virus en estudio, la eficacia de la vacuna contra un incidente solo del VPH 16 o 18 detectado, o un incidente de infección que persistió por lo menos 6 meses, no presentó una diferencia que fuera estadísticamente significativa para aquellos que recibieron las 3 vacunas, 2 o 1 sola de las vacunas contra el VPH programadas (como resultado de no cumplir con las dosis u otros factores) durante un seguimiento de hasta 4 años. Las tasas de eficacia de una vacuna contra la infección por el VPH 16 o 18 persistente osciló entre el 89,1 % (IC 95 %, 86,8–91,0 %) para 3 dosis, el 89,7 % (IC 95 %, 73,3–99,8 %) para 2 dosis, y el 96,6 % (IC 95, 81,7–99,8 %) para 1 dosis. Hasta la fecha, no hay ensayos controlados aleatorizados que evalúen de manera directa esta pregunta clínica.[
De acuerdo con su mecanismo de acción, las vacunas contra el VPH de tipo L1/2 no parecen afectar las infecciones preexistentes. En el ensayo FUTURE II, se demostró una tasa de eficacia de la vacuna mucho más baja en la población total aleatorizada del estudio que incluyó personas con la infección por el VPH al inicio del estudio, en comparación con la población por protocolo (44 % de las lesiones relacionadas con el VPH 16 o el VPH 18 y 17 % para las lesiones relacionadas con cualquier tipo de VPH vs. 98 %; consultar el Cuadro más arriba).[
Aunque las vacunas contra tipos específicos del virus lograran prevenir el cáncer invasivo, solo ofrecerán protección a un subconjunto de casos cuya proporción variará en todo el mundo.[
Hay evidencia creciente sobre los efectos a nivel poblacional y en la inmunidad colectiva de la vacuna contra el VPH. Hay datos que permiten evaluar la repercusión de los programas nacionales de vacunación contra estos virus e informan sobre la eficacia de la vacuna. Estos datos provienen de estudios de varios países del mundo como Inglaterra, Dinamarca, Australia, Costa Rica y los Estados Unidos. Para la vigilancia nacional del VPH, en Inglaterra se utilizaron 15 459 muestras genitales residuales de mujeres de 16 a 24 años de edad obtenidas para la detección de Chlamydia trachomatis entre 2010 y 2016.[
En un estudio del ADN del VPH en el cuello uterino con 202 mujeres australianas de 18 a 24 años sometidas a muestreo entre 2005 y 2007, antes del establecimiento de un programa nacional de inmunización con una vacuna tetravalente profiláctica, se compararon los resultados con un grupo emparejado de 1058 mujeres sometidas a muestreo en la época posterior a la inmunización (2010–2012). En el estudio, se encontró una razón de prevalencia (RP) ajustada en mujeres inmunizadas por completo de 0,07 (IC 95 %; 0,04–0,14; P < 0,0001) para tipos relacionados con la vacuna contra el VPH y una magnitud pequeña, pero estadísticamente significativa de 0,65 (IC 95 %, 0,43–0,96; P < 0,03) en las mujeres no vacunadas, lo que indicaría una inmunidad colectiva (protección de las personas no inmunizadas).[
Con datos del National Health and Nutrition Examination Survey (NHANES) del 2003 al 2018 se demostró una repercusión creciente del programa de vacunación contra el VPH y un aumento de la protección colectiva en los Estados Unidos.[
Relación entre la vacunación contra el VPH y la disminución en la incidencia del cáncer de cuello uterino invasivo
En un estudio de cohorte poblacional a nivel nacional sobre el efecto del programa nacional de vacunación en Suecia, donde se usa la vacuna tetravalente, más de 1,67 millones de mujeres de entre 10 y 30 años de edad, sin antecedentes de vacunación contra el VPH, recibieron seguimiento mediante el registro nacional utilizando el número de identidad personal.[
Uso de barreras de protección durante el coito
Los métodos anticonceptivos de barrera se relacionan con una incidencia reducida de lesiones intraepiteliales escamosas (SIL), según parece, como consecuencia de la protección contra la enfermedad de transmisión sexual.[
Referencias:
Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos en este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
Incidencia y mortalidad
Se actualizaron las estadísticas con el número estimado de casos nuevos y defunciones para 2024 (se citó a la American Cancer Society como referencia 1).
El
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El
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Algunas de las referencias bibliográficas de este resumen se acompañan del nivel de evidencia. El propósito de esto es ayudar al lector a evaluar la solidez de la evidencia que respalda el uso de ciertas intervenciones o abordajes. El
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PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Prevención del cáncer de cuello uterino. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en:
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Última revisión: 2024-03-15
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