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Esta información es producida y suministrada por el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés). La información en este tema puede haber cambiado desde que se escribió. Para la información más actual, comuníquese con el Instituto Nacional del Cáncer a través del Internet en la página web http://cancer.gov o llame al 1-800-4-CANCER.
Además del sexo femenino, el envejecimiento es el principal factor de riesgo del cáncer de mama. Los factores reproductivos que aumentan la exposición a los estrógenos endógenos, como la menarquia precoz y la menopausia tardía, aumentan el riesgo, al igual que el uso de una combinación de las hormonas estrógeno y progesterona después de la menopausia. La nuliparidad y el consumo de bebidas alcohólicas también se relacionan con un aumento del riesgo.
Las mujeres con antecedentes familiares o personales de cáncer de mama invasivo, carcinoma ductal in situ o carcinoma lobulillar in situ, o con antecedentes de biopsia de mama que muestra enfermedad proliferativa benigna, tienen un aumento del riesgo de cáncer de mama.[
La densidad mamaria alta se relaciona con un aumento de riesgo. A menudo, la densidad mamaria alta es una característica hereditaria, pero también se observa con más frecuencia en las mujeres nulíparas, las mujeres cuyo primer embarazo se presenta tarde en la vida, las mujeres que usan hormonas durante la posmenopausia y las que consumen bebidas alcohólicas.
La exposición a la radiación ionizante, en particular durante la pubertad o a principios de la adultez, y las mutaciones genéticas hereditarias nocivas, aumentan el riesgo de cáncer de mama.
Referencias:
Nota: En esta sección, se resume la evidencia científica publicada sobre la prevención de este tipo de cáncer. En el resto del resumen, se describe la evidencia con más detalle.
Otros resúmenes del PDQ que contienen información relacionada con la prevención del cáncer de mama son los siguientes:
Factores con evidencia suficiente de aumento del riesgo de cáncer de mama
Edad y sexo
A partir de evidencia sólida, el sexo femenino y el envejecimiento son los principales factores de riesgo de cáncer de mama.
Magnitud del efecto: las mujeres tienen un riesgo de por vida de cáncer de mama cerca de 100 veces más alto que los hombres. El riesgo a corto plazo de cáncer de mama en una mujer de 70 años es casi 10 veces más alto que el de una mujer de 30 años.
Diseño del estudio: numerosos ensayos epidemiológicos. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Riesgo heredado
A partir de evidencia sólida, las mujeres que tienen antecedentes familiares de cáncer de mama, sobre todo en un familiar de primer grado, tienen un aumento del riesgo de cáncer de mama.
Magnitud del efecto: el riesgo se duplica con un solo familiar de primer grado que esté afectado por la enfermedad; el riesgo aumenta 5 veces si se diagnostica cáncer de mama en 2 familiares de primer grado.
Diseño del estudio: estudios de población, estudios de cohortes y estudios de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
A partir de evidencia sólida, las mujeres que heredan mutaciones génicas asociadas con el cáncer de mama tienen un riesgo más alto.
Magnitud del efecto: variable según la mutación génica, los antecedentes familiares y otros factores de riesgo que afectan la expresión génica.
Diseño del estudio: estudios de cohortes o de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Densidad de la mama
A partir de evidencia sólida, las mujeres con mamas densas tienen un aumento del riesgo de cáncer de mama. A menudo, esta es una característica inherente y hasta cierto punto modificable por la conducta reproductiva, los fármacos y el consumo de bebidas alcohólicas.[
Magnitud del efecto: las mujeres con mamas densas tienen un aumento del riesgo que es proporcional al grado de densidad. Este aumento del riesgo relativo (RR) oscila entre 1,79 en las mujeres con densidad un poco elevada y 4,64 en las mujeres con mamas muy densas, en comparación con las mujeres con la densidad mamaria más baja.[
Diseño del estudio: estudios de cohortes, y de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Factores modificables con evidencia suficiente de aumento del riesgo de cáncer de mama
Terapia hormonal para la menopausia
A partir de evidencia sólida, la terapia hormonal para la menopausia (THM), se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama, en especial, de los cánceres sensibles a las hormonas. El uso de las hormonas estrógeno y progesterona aumenta significativamente el riesgo de cáncer de mama a partir de 1 a 4 años de uso y se incrementa con la duración del mismo. En el caso del uso de estrógeno solo, el riesgo de cáncer de mama es menor, pero también significativo. El exceso de riesgo persiste tras el cese de la THM.
Diseño del estudio: ensayos controlados aleatorizados (ECA), estudios prospectivos y estudios ecológicos observacionales. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Terapia hormonal combinada
A partir de evidencia sólida, la terapia hormonal (TH) combinada (estrógeno y progestina) se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama.
Magnitud del efecto: aumento de casi un 26 % en la incidencia de cáncer de mama invasivo; el número necesario para producir un caso adicional de cáncer de mama es 237.
Diseño del estudio: ECA y estudios ecológicos observacionales. Además, en los estudios de cohortes y ecológicos, se observa que el cese de la TH combinada se relaciona con una disminución de las tasas de cáncer de mama. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Terapia con estrógeno
A partir de evidencia sólida, la terapia con estrógeno que comenzó cerca del momento de la menopausia se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama. La terapia con estrógeno que comienza durante la menopausia o después de esta, se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de endometrio y de enfermedad cardiovascular total, en especial de accidente cerebrovascular.
Magnitud del efecto: el aumento de la incidencia en el cáncer de mama vinculada a la terapia con estrógeno que se comenzó a administrar en el momento de la menopausia oscila entre el 17 % y el 33 %, según la duración del uso. La incidencia del cáncer de mama en mujeres que se sometieron a una histerectomía es un 23 % más baja si el uso del estrógeno comenzó muchos años después de la menopausia.[
Diseño del estudio: ECA y estudios ecológicos observacionales. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena, aunque en las mujeres que se sometieron a una histerectomía, el uso de estrógeno que comenzó muchos años después de la menopausia, se relacionó con una disminución en la incidencia del cáncer de mama. |
Validez externa: buena. |
Radiación ionizante
A partir de evidencia sólida, la exposición de la mama a radiación ionizante se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama, que comienza 10 años después de la exposición y dura toda la vida. El riesgo depende de la dosis de radiación y de la edad en el momento de la exposición, y es alto, sobre todo, si ocurre en la pubertad cuando se desarrollan las mamas.
Magnitud del efecto: variable, pero con un aumento general de casi 6 veces.
Diseño del estudio: estudios de cohortes o de casos y controles. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Obesidad
A partir de evidencia sólida, la obesidad se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama en las mujeres posmenopáusicas que no han recibido TH. No está claro si bajar de peso disminuye el riesgo de cáncer de mama en las mujeres con obesidad.
Magnitud del efecto: en el estudio observacional Women's Health Initiative con 85 917 mujeres posmenopáusicas, se observó una relación entre el peso corporal y el cáncer de mama. Al comparar a mujeres que pesaban más de 82,2 kg con aquellas que pesaban menos de 58,7 kg, el RR fue de 2,85 (IC 95 %, 1,81–4,49).
Diseño del estudio: estudios de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Consumo de bebidas alcohólicas
A partir de evidencia sólida, el consumo de bebidas alcohólicas se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama proporcional a la dosis. No está claro si al disminuir el consumo de bebidas alcohólicas, las personas que beben demasiado, reducen el riesgo.
Magnitud del efecto: el RR de las mujeres que consumen cerca de 4 bebidas alcohólicas al día en comparación con las que no beben es de 1,32 (IC 95 %, 1,19–1,45). El RR aumenta un 7 % (IC 95 %, 5,5–8,7 %) por cada bebida al día.
Diseño del estudio: estudios de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Factores con evidencia suficiente de disminución del riesgo de cáncer de mama
Embarazo precoz
A partir de evidencia sólida, las mujeres con un embarazo a término antes de los 20 años de edad tienen una disminución del riesgo de cáncer de mama.
Magnitud del efecto: disminución de un 50 % del cáncer de mama en comparación con mujeres nulíparas o que dieron a luz después de los 35 años.
Diseño del estudio: estudios de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Lactancia materna
A partir de evidencia sólida, las mujeres que amamantan tienen una disminución del riesgo de cáncer de mama.
Magnitud del efecto: el RR de cáncer de mama disminuye un 4,3 % por cada 12 meses de lactancia materna, además de un 7 % por cada nacimiento.[
Diseño del estudio: estudios de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Actividad física
A partir de evidencia sólida, la actividad física se relaciona con una disminución del riesgo de cáncer de mama.
Magnitud del efecto: la relación con la reducción promedio del RR es del 20 % para las mujeres posmenopáusicas y las mujeres premenopáusicas, y afecta el riesgo de cánceres sensibles a hormonas y resistentes a hormonas.
Diseño del estudio: estudios observacionales prospectivos y retrospectivos. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Intervenciones con evidencia suficiente de disminución del riesgo de cáncer de mama
Moduladores selectivos del receptor de estrógeno: Beneficios
A partir de evidencia sólida, el tamoxifeno y el raloxifeno reducen la incidencia de cáncer de mama en las mujeres posmenopáusicas, y el tamoxifeno reduce el riesgo de cáncer de mama en las mujeres premenopáusicas de riesgo alto. Los efectos que se observan con el tamoxifeno y el raloxifeno permanecen por varios años después de la interrupción del tratamiento activo; se observa una mayor duración del efecto con el tamoxifeno que con el raloxifeno.[
Los moduladores selectivos del receptor de estrógeno (MSRE) redujeron todas las fracturas, lo que se observó, sobre todo, con el raloxifeno, pero no con el tamoxifeno. Se observó una reducción de las fracturas vertebrales (34 %) y una pequeña reducción de las fracturas extravertebrales (7 %).[
Magnitud del efecto: la incidencia del cáncer de mama positivo para el receptor de estrógeno (positivo para ER) y del carcinoma ductal in situ (CDIS) en mujeres de riesgo alto disminuyó entre el 30 % y el 50 % después de recibir 5 años de tratamiento con tamoxifeno. La reducción en el cáncer de mama invasivo positivo para ER se mantuvo durante por lo menos 16 años después de comenzar el tratamiento (11 años después del cese del tamoxifeno). La mortalidad por cáncer de mama no se modificó.[
Diseño del estudio: ECA. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Moduladores selectivos del receptor de estrógeno: Perjuicios
A partir de evidencia sólida, el tratamiento con tamoxifeno aumenta el riesgo de cáncer de endometrio, episodios vasculares trombóticos (embolia pulmonar, accidente cerebrovascular, trombosis venosa profunda) y cataratas. El riesgo de cáncer de endometrio se mantiene durante 5 años después del cese del tamoxifeno, pero no el riesgo de episodios vasculares o cataratas. A partir de evidencia sólida, el raloxifeno también aumenta la embolia pulmonar y la trombosis venosa profunda, pero no el cáncer de endometrio.
Magnitud del efecto: en un metanálisis se observó un RR de 2,4 (IC 95 %, 1,5–4,0) para el cáncer de endometrio y de 1,9 (IC 95 %, 1,4–2,6) para los episodios tromboembólicos venosos. En el metanálisis, se observó que el cociente de riesgos instantáneos (CRI) del cáncer de endometrio fue de 2,18 (IC 95 %, 1,39–3,42) para el tamoxifeno y de 1,09 (IC 95 %, 0,74–1,62) para el raloxifeno. En general, el CRI de episodios tromboembólicos venosos fue de 1,73 (IC 95 %, 1,47–2,05). Los perjuicios fueron significativamente más altos en las mujeres mayores de 50 años que en las mujeres más jóvenes.
Diseño del estudio: ECA. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Inhibidores o inactivadores de la aromatasa: Beneficios
A partir de evidencia sólida, los inhibidores o inactivadores de la aromatasa reducen la incidencia del cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas que tienen un aumento del riesgo.
Magnitud del efecto: en las mujeres posmenopáusicas tratadas con tamoxifeno adyuvante para el cáncer de mama sensible a las hormonas, el tratamiento posterior con IAs redujo la incidencia de nuevos cánceres de mama primarios entre un 50 % y un 67 %, en comparación con los controles. En mujeres posmenopáusicas con riesgo alto de cáncer de mama, el tratamiento con exemestano por 3 años redujo la incidencia de cáncer de mama en un 65 %, en comparación con los controles. En un ensayo similar de tratamiento con anastrozol por 5 años, se redujo la incidencia del cáncer de mama en un 53 %, efecto que persistía a los 11 años.[
Diseño del estudio: múltiples ECA. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Inhibidores o inactivadores de la aromatasa: Perjuicios
A partir de evidencia razonable de 1 solo ECA con 4560 mujeres a quienes se les dio seguimiento durante 35 meses, el exemestano se relacionó con sofocos y fatiga en comparación con el placebo.[
Magnitud del efecto: el aumento absoluto de los sofocos fue del 8 % y el aumento absoluto de la fatiga fue del 2 %.
Diseño del estudio: un ECA. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena para las mujeres que cumplen con los criterios de inclusión. |
Mastectomía profiláctica: Beneficios
A partir de evidencia sólida, la mastectomía profiláctica bilateral reduce el riesgo de cáncer de mama en mujeres con antecedentes familiares marcados, y en la mayoría de las mujeres alivia la ansiedad por el riesgo de cáncer de mama. A partir de evidencia sólida, la mastectomía profiláctica bilateral reduce el riesgo de cáncer de mama en mujeres con antecedentes familiares marcados de cáncer de mama u otros factores que les otorgan un riesgo alto (por ejemplo, ciertos tipos de radiación dirigida a la pared torácica o antecedentes personales de cáncer de mama). La mayoría de las mujeres obtienen alivio de la ansiedad causada por el riesgo de cáncer de mama después de someterse a la mastectomía profiláctica. Aunque en algunos estudios se indicó un beneficio de supervivencia con la mastectomía profiláctica contralateral, estos resultados se atribuyen por lo general a un sesgo de selección, y no hay estudios de gran calidad que demuestren una clara ventaja de supervivencia. Para obtener más información en inglés, consultar Genetics of Breast and Gynecologic Cancers.
Magnitud del efecto: el riesgo de cáncer de mama después de una mastectomía profiláctica bilateral en mujeres con riesgo alto se reduce hasta en un 90 %.
Diseño del estudio: evidencia a partir de estudios de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Ooforectomía profiláctica o ablación ovárica: Beneficios
A partir de evidencia sólida, la ooforectomía profiláctica en las mujeres premenopáusicas con una mutación génica en BRCA se relaciona con una reducción en la incidencia de cáncer de mama. Se observaron resultados similares para la ooforectomía o ablación ovárica en mujeres premenopáusicas normales y en aquellas con aumento del riesgo de cáncer de mama como consecuencia de irradiación torácica.
Magnitud del efecto: la incidencia del cáncer de mama se redujo hasta en un 50 %.
Diseño del estudio: estudios observacionales, de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Ooforectomía profiláctica o ablación ovárica: Perjuicios
A partir de evidencia sólida, la castración tal vez cause el inicio repentino de síntomas menopáusicos como sofocos, insomnio, ansiedad y depresión. Los efectos a largo plazo comprenden una disminución de la libido, sequedad vaginal y disminución de la densidad mineral ósea.
Magnitud del efecto: casi todas las mujeres presentan alteraciones del sueño, cambios en el estado de ánimo, sofocos y desmineralización ósea, pero la gravedad de estos síntomas varía mucho.
Diseño del estudio: estudios observacionales, de casos y controles, y de cohortes. |
Validez interna: buena. |
Congruencia: buena. |
Validez externa: buena. |
Uso de estrógeno en mujeres con histerectomía: Beneficios
A partir de evidencia razonable, las mujeres que se sometieron a histerectomía y que reciben estrógenos equinos conjugados tienen una incidencia más baja de cáncer de mama.[
Magnitud del efecto: al cabo de 6,8 años, la incidencia de cáncer de mama fue un 23 % más baja en mujeres que se trataron con estrógeno en un ECA (un 0,27 % por año, con una mediana de 5,9 años de uso, en comparación con el 0,35 % por año en aquellas que tomaron placebo). Sin embargo, el riesgo fue un 30 % más alto en mujeres que se trataron con estrógeno en un estudio observacional. La diferencia en los resultados quizás se deba a la disparidad en las conductas de detección de las mujeres que participaron en estos estudios.
Diseño del estudio: un ECA, estudios observacionales. |
Validez interna: razonable. |
Congruencia: deficiente. |
Validez externa: deficiente. |
Referencias:
El cáncer de mama es la neoplasia maligna extracutánea diagnosticada con mayor frecuencia en las mujeres de los Estados Unidos, y ocupa el segundo lugar tras el cáncer de pulmón como causa de muerte por cáncer en las mujeres.[
Según los datos del Surveillance, Epidemiology, and End Results (SEER) Program, la mortalidad por cáncer de mama disminuyó en un 42 % desde 1989 a 2021, aunque la mortalidad en las mujeres negras sigue siendo de alrededor de un 40 % más alta que en las mujeres blancas.[
El principal factor de riesgo del cáncer de mama es la edad avanzada. La probabilidad de que una mujer de 30 años reciba un diagnóstico de cáncer de mama en los siguientes 10 años es de 1 en 200, mientras que la probabilidad de una mujer de 70 años es de 1 en 25.[
La detección mediante mamografía disminuye la mortalidad por cáncer de mama al identificar los casos para su tratamiento en un estadio temprano. Sin embargo, los exámenes de detección también identifican más casos de los que llegarían a ser sintomáticos en el trascurso de la vida de una mujer, de manera que la incidencia del cáncer de mama es más alta en las poblaciones que se someten a exámenes de detección. Para obtener más información, consultar la sección Sobrediagnóstico en Exámenes de detección del cáncer de seno (mama).
Referencias:
El cáncer de mama se forma cuando se presentan una serie de mutaciones genéticas.[
Las variaciones internacionales en las tasas de cáncer de mama quizás se expliquen por las diferencias en las características genéticas, los factores reproductivos, la alimentación, la actividad física y la conducta con respecto a los exámenes de detección. La importancia relativa de estos factores se demostró en un estudio sobre la incidencia del cáncer de mama de inmigrantes japoneses en los Estados Unidos. Mientras que las mujeres japonesas en Japón tienen una incidencia baja de cáncer de mama, las mujeres japonesas en los Estados Unidos tienen una incidencia mucho más alta, similar a la de las mujeres americanas, en las siguientes 2 generaciones desde la inmigración.[
Referencias:
El estrógeno endógeno interviene en la formación del cáncer de mama. Las mujeres que presentaron la menarquia antes de los 11 años tienen una probabilidad 20 % más alta de cáncer de mama que aquellas cuya menarquia ocurrió a los 14 años o después.[
Por el contrario, las mujeres que presentan menopausia prematura tienen un riesgo menor de cáncer de mama. Tras la ablación ovárica, el riesgo de cáncer de mama se reduce hasta un 75 % según la edad, el peso y la cantidad de partos; la reducción es más acentuada para las mujeres jóvenes, delgadas y nulíparas.[
Otros cambios hormonales también influyen en el riesgo de cáncer de mama. Para obtener más información, consultar las subsecciones Embarazo precoz y Lactancia materna en la sección Factores con evidencia suficiente de disminución del riesgo de cáncer de mama.
La interacción entre las concentraciones de estrógeno endógeno, las concentraciones de insulina y la obesidad (factores que afectan el riesgo de cáncer de mama), no se comprende del todo, pero señala estrategias de intervención para disminuir el riesgo. Es probable que los factores de riesgo reproductivos interaccionen con genotipos de predisposición. Por ejemplo, en el Nurses' Health Study,[
Referencias:
El riesgo de cáncer de mama aumenta en las mujeres con antecedentes familiares de esta enfermedad, sobre todo si afecta a familiares de primer grado.[
Hay alelos anormales específicos que se relacionan con alrededor de un 5 % de los cánceres de mama. Para obtener más información en inglés, consultar Genetics of Breast and Gynecologic Cancers. Las mutaciones en los genes BRCA se heredan de manera autosómica dominante y tienen penetrancia muy alta como causa del cáncer, a menudo a una edad más temprana.[
Algunas mujeres heredan una susceptibilidad a mutágenos o factores de crecimiento, que aumenta el riesgo de cáncer de mama.[
Referencias:
Con el uso extendido de las mamografías de detección se ha observado una gran variabilidad en la densidad del tejido de la mama. Las mujeres con una mayor proporción de tejido denso tienen una incidencia más alta de cáncer de mama. La densidad mamográfica también crea confusión para la identificación de cánceres mediante mamografía. El grado de aumento de riesgo se describió en un informe de 3 estudios de casos y controles anidados de poblaciones sometidas a exámenes de detección con 1112 pares de casos y controles emparejados. En comparación con las mujeres con una densidad inferior al 10 % del tejido mamario, las mujeres con densidad mamaria del 75 % o superior presentaron un aumento del riesgo de cáncer de mama (oportunidad relativa [OR], 4,7; intervalo de confianza [IC] 95 %, 3,0–7,4), ya sea que el cáncer se hubiera identificado en un examen de detección (OR, 3,5; IC 95 %, 2,0–6,2) o menos de 12 meses después de un examen de detección con resultado negativo (OR, 17,8; IC 95 %, 4,8–65,9). El aumento del riesgo de cáncer de mama, identificado mediante un examen de detección u otro medio, persistió durante un mínimo de 8 años después de entrar al estudio; y fue mayor en las mujeres más jóvenes en comparación con las de más edad. En el caso de las mujeres más jóvenes que la mediana de edad de 56 años, el 26 % de todos los cánceres de mama y el 50 % de todos los cánceres identificados menos de 12 meses después de un examen de detección negativo se encontraron en mujeres con una densidad mamaria del 50 % o más en las mamografías.[
En comparación con las mujeres con la densidad mamaria más baja, las mujeres con mamas densas tienen un aumento del riesgo, proporcional al grado de densidad. Este aumento del riesgo relativo oscila entre 1,79 en las mujeres con densidad un poco elevada y 4,64 en las mujeres con mamas muy densas.[
Referencias:
Terapia hormonal para la menopausia
La terapia hormonal para la menopausia (THM) se ha usado para aliviar los sofocos y otros síntomas relacionados con la menopausia. El estrógeno en monoterapia se vincula con un aumento de la incidencia del cáncer de útero, pero no el uso de estrógeno y progesterona. A las mujeres con el útero intacto se les prescribe la combinación, con progesterona oral administrada de manera continua o intermitente, o progesterona intrauterina administrada de manera local mediante un dispositivo intrauterino (DIU). La terapia con estrógeno que comenzó cerca del momento del inicio de la menopausia se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de mama. La terapia con estrógeno que comenzó durante la menopausia o después de ella se relaciona con un mayor riesgo de cáncer de endometrio y enfermedad cardiovascular total, en especial accidentes cerebrovasculares.[
En 1997, se volvieron a analizar 51 estudios epidemiológicos, que abarcaron a más de 150 000 mujeres, y se encontró que la THM se relacionaba con un aumento del riesgo de cáncer de mama.[
En el Heart and Estrogen/Progestin Replacement Study, publicado en 2002, se ampliaron estos hallazgos al asignar de manera aleatoria a 2763 mujeres, con cardiopatía coronaria (mediana de edad, 67), a recibir estrógeno y progestina o placebo.[
En el Women's Health Initiative (WHI), también publicado en 2002, más de 16 000 mujeres de entre 50 y 79 años con el útero intacto se asignaron al azar a recibir estrógeno y progesterona o placebo.[
En 2003, en el Cancer Surveillance System of Puget Sound, se notificaron los resultados de una encuesta poblacional de 965 mujeres con cáncer de mama y 1007 controles.[
Si bien la relación entre la THM con estrógeno y progesterona y el riesgo de cáncer de mama se observó de manera constante, surgieron preguntas sobre el uso de la monoterapia de estrógeno en mujeres que se habían sometido a histerectomía, en especial acerca del momento oportuno de la terapia en relación con la menopausia y la participación en exámenes de detección por parte de las usuarias de la THM.
En el Million Women Study del Reino Unido, [
En una encuesta poblacional de 965 mujeres con cáncer de mama y 1007 controles realizado por el Cancer Surveillance System of Puget Sound, se observó que las usuarias de THM combinada tuvieron un riesgo 1,7 veces más alto de cáncer de mama invasivo; esto no se observó en las usuarias de estrógeno solo.[
En 2019, el Collaborative Group on Hormonal Factors in Breast Cancer notificó los resultados de un metanálisis de 24 estudios prospectivos y 34 estudios retrospectivos sobre la THM y el riesgo de cáncer de mama, que incluyó a 143 887 mujeres con cáncer de mama y 424 972 controles. En general, las usuarias de THM tuvieron un mayor riesgo de cáncer de mama, sobre todo para los tumores sensibles a hormonas.[
| 1–4 años de uso | 5–14 años de uso |
---|---|---|
IC = intervalo de confianza; RR = riesgo relativo | ||
a[ |
||
Estrógeno y progesterona | RR, 1,60 (IC 95 %, 1,52-1,62) | RR, 2,08 (IC 95 %, 2,02-2,15) |
Estrógeno solo | RR, 1,17 (IC 95 %, 1,10-1,26) | RR, 1,33 (IC 95 %, 1,28-1,37) |
La relación entre la THM y el cáncer de mama fue menos sólida en las mujeres que comenzaron la THM después de los 60 años de edad y para las mujeres con obesidad. Las mujeres con obesidad que usaron THM con estrógeno que comenzó después de los 60 años tuvieron un riesgo mínimo. En resumen, las mujeres con un peso promedio que recibieron THM durante 5 años a partir de los 50 años de edad tuvieron un mayor riesgo de incidencia de cáncer de mama equivalente a 1 caso por cada 50 usuarias de estrógeno y progesterona, 1 caso por cada 70 usuarias de estrógeno con progesterona intermitente, y 1 caso por cada 200 usuarias de productos de estrógeno solo.
En este metanálisis, se confirmó y amplió la comprensión del riesgo de cáncer de mama a partir del consumo de estrógeno y progesterona, también se respondió la pregunta sobre el uso de estrógeno en mujeres que se han sometido a histerectomía. Si el uso de estrógeno comienza durante la menopausia, se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama, pero no hay relación cuando el consumo comienza muchos años después. Estos hallazgos, así como el aumento documentado del riesgo de accidente cerebrovascular con terapia de estrógeno, deben tenerse en cuenta cuando se evalúan las opciones de tratamiento.
En 2022, durante una revisión de la evidencia se llegó a la conclusión que el uso de la combinación de estrógeno y progesterona para la prevención primaria de enfermedades crónicas (por ejemplo, enfermedad cardiovascular, cáncer, osteoporosis y fractura) en mujeres posmenopáusicas con útero intacto se relacionaba con algunos beneficios. Sin embargo, esta combinación de tratamiento también se asoció con un mayor riesgo de daños. Por lo tanto, no presenta beneficio neto. Además, en la revisión sistemática se determinó, con una certeza moderada, que el uso de estrógeno solo para la prevención primaria de enfermedades crónicas en mujeres posmenopáusicas que se sometieron a histerectomía tampoco presentaba un beneficio neto.[
Exposición a la radiación ionizante
Hay una relación bien establecida entre la exposición a radiación ionizante y el cáncer de mama subsiguiente.[
Las mujeres que se trataron por linfoma de Hodgkin con radiación dirigida al manto antes de los 16 años tienen un riesgo posterior de hasta el 35 % de presentar cáncer de mama alrededor de los 40 años.[
Surge el interrogante de si las pacientes con cáncer de mama tratadas con lumpectomía y radioterapia (L-RT) tienen un riesgo más alto de segundas neoplasias malignas de la mama u otras neoplasias malignas, en comparación con las tratadas con mastectomía. Los desenlaces de 1029 pacientes sometidas a L-RT se compararon con los de 1387 pacientes sometidas a mastectomías. Al cabo de una mediana de seguimiento de 15 años, no hubo diferencia en el riesgo de segundas neoplasias malignas.[
Obesidad
La obesidad se relaciona con un aumento del riesgo de cáncer de mama, en especial entre las mujeres posmenopáusicas que no reciben terapia hormonal (TH). En el estudio WHI se observaron 85 917 mujeres de 50 a 79 años y se recopiló información sobre el peso a lo largo de su vida y los factores de riesgo conocidos para el cáncer de mama.[
Se ha estudiado la relación entre la obesidad, la diabetes y las concentraciones de insulina con el riesgo de cáncer de mama, pero no se ha definido de forma clara. En el British Women's Heart and Health Study con mujeres de 60 a 79 años, se comparó a 151 mujeres con diagnóstico de cáncer de mama con 3690 mujeres sin este diagnóstico. La OR ajustada por edad fue de 1,34 (IC 95 %, 1,02–1,77) por cada aumento de unidad en log(e) de las concentraciones de insulina en mujeres que no eran diabéticas. Se observó una relación, luego del ajuste por los factores de confusión y por los posibles factores de mediación, con los casos de cáncer de mama antes y después de la menopausia. Además, las concentraciones de glucosa en ayunas, el puntaje de la evaluación del modelo homeostático (producto de las concentraciones de glucosa en ayunas e insulina dividido por 22,5), la diabetes, y los antecedentes de glucosuria o diabetes gestacional también se relacionaron con el cáncer de mama.[
Consumo de bebidas alcohólicas
El consumo de bebidas alcohólicas aumenta el riesgo de cáncer de mama. En un metanálisis británico, se incluyeron datos individuales de 53 estudios de casos y controles, y de cohortes.[
Referencias:
Embarazo precoz
Luego del parto, se produce un aumento del riesgo de cáncer de mama durante varios años y luego una reducción del riesgo a largo plazo; esto es más marcado en las mujeres más jóvenes.[
El International Premenopausal Breast Cancer Collaborative Group, demostró el efecto del parto en el riesgo de cáncer de mama mediante un análisis conjunto de datos a nivel individual con alrededor de 890 000 mujeres de 15 estudios de cohortes prospectivos. En comparación con las mujeres nulíparas, las mujeres que habían tenido hijos presentaron un aumento del riesgo de cáncer de mama positivo para el receptor de estrógeno (positivo para ER) y negativo para el receptor de estrógeno (negativo para ER) por hasta 20 años después del parto. Sin embargo, después de casi 24 años, el riesgo de cáncer de mama positivo para ER disminuyó, pero el riesgo de cáncer de mama negativo para ER permaneció elevado. Por lo tanto, la relación entre el número de partos y el riesgo de cáncer de mama es compleja y depende del período de tiempo después del parto así como del fenotipo del tumor.[
Lactancia materna
La lactancia materna se relaciona con una disminución del riesgo de cáncer de mama.[
Actividad física
En muchos estudios, se ha observado un beneficio de la actividad física sobre el riesgo de cáncer de mama. En un estudio francés de 59 308 mujeres, con un promedio posmenopáusico de 8,5 años, se encontró que la actividad recreativa de más de 12 equivalentes metabólicos de la tarea (MET) h/sem. se relacionó con un menor riesgo de cáncer de mama invasivo (cociente de riesgos instantáneos [CRI], 0,9; IC 95 %, 0,83–0,99).[
Referencias:
Moduladores selectivos del receptor de estrógeno
Tamoxifeno
El tamoxifeno se usa para el tratamiento del cáncer de mama metastásico y para inhibir las recidivas locales y los cánceres de mama primarios nuevos después de la escisión quirúrgica de un cáncer de mama.[
En el Breast Cancer Prevention Trial (BCPT) se asignó al azar a 13 388 pacientes con un riesgo alto de cáncer de mama a recibir tratamiento con tamoxifeno o placebo.[
En una actualización de los resultados del BCPT tras 7 años de seguimiento, se confirmaron y ampliaron estos resultados.[
Se completaron otros 3 ensayos de tamoxifeno para la prevención primaria del cáncer de mama.[
En un metanálisis de estos ensayos de prevención primaria con tamoxifeno, se observó una reducción del 38 % en la incidencia del cáncer de mama sin heterogeneidad estadísticamente significativa.[
En la Cochrane Database of Systematic Reviews se encontró que el tamoxifeno administrado en dosis estándar de 20 mg/día durante 5 años es eficaz para disminuir la incidencia de cáncer de mama, pero el aumento del riesgo de toxicidad ha limitado su uso generalizado.[
Las mujeres con antecedentes de carcinoma ductal in situ (CDIS) tienen un aumento del riesgo de cáncer de mama contralateral. En el ensayo National Surgical Adjuvant Breast and Bowel Project (NSABP) B-24, se abordó el tratamiento de estas pacientes. Las participantes se asignaron al azar para someterse a lumpectomía y radioterapia, con tamoxifeno adyuvante o sin este. A los 6 años, las mujeres tratadas con tamoxifeno presentaron menos cánceres de mama invasivos e in situ (8,2 vs. 13,4 %; RR, 0,63; IC 95 %, 0,47–0,83). El riesgo de cáncer de mama contralateral también fue más bajo en las mujeres tratadas con tamoxifeno (RR, 0,49; IC 95 %, 0,26–0,87).[
Dosis bajas de tamoxifeno
En los ensayos clínicos que se mencionaron antes, se evaluó el uso de tamoxifeno en dosis de 20 mg por día durante 5 años. Debido a la toxicidad relacionada con el tamoxifeno y las tasas bajas de cumplimiento, en varios estudios recientes se analizaron los efectos del tamoxifeno en dosis bajas. En un ensayo aleatorizado, controlado con placebo, con doble enmascaramiento, los investigadores del Karolinska Institutet encontraron que una dosis inferior de 2,5 mg tenía un efecto similar a la dosis de 20 mg en la reducción de la densidad mamaria. Este efecto fue más marcado en mujeres premenopáusicas. Además, los síntomas vasomotores disminuyeron cuando se redujo la dosis de tamoxifeno. Los autores plantearon que la disminución de la densidad mamográfica quizás sea un sustituto de la respuesta al tratamiento con tamoxifeno, y que es posible que el cumplimiento mejore ya que los síntomas son menos graves.[
En el estudio aleatorizado, controlado con placebo, con enmascaramiento doble TAM-01 se analizó el uso de dosis bajas (5 mg) de tamoxifeno como estrategia para prevenir el cáncer de mama invasivo.[
Raloxifeno
El clorhidrato de raloxifeno (Evista) es un modulador selectivo del receptor de estrógeno (MSRE) que tiene efectos antiestrogénicos en la mama, y efectos estrogénicos en los huesos, el metabolismo de los lípidos y la coagulación de la sangre. A diferencia del tamoxifeno, tiene efectos antiestrogénicos en el endometrio.[
El ensayo Continuing Outcomes Relevant to Evista (CORE) fue una extensión del ensayo MORE, en el que se estudió a alrededor del 80 % de las participantes del MORE en sus grupos asignados al azar por 4 años adicionales. Si bien hubo una mediana de intervalo de 10 meses entre los 2 estudios y solo cerca del 55 % de las mujeres continuaron tomando los medicamentos asignados, el grupo de raloxifeno siguió presentando una incidencia más baja de cáncer de mama invasivo positivo para ER. La reducción general del cáncer de mama invasivo durante los 8 años del MORE y el CORE fue del 66 % (CRI, 0,34; IC 95 %, 0,22–0,50); la reducción del cáncer de mama invasivo positivo para ER fue del 76 % (CRI, 0,24; IC 95 %, 0,15–0,40).[
El Raloxifene Use for the Heart fue un ensayo aleatorizado controlado con placebo que se llevó a cabo para evaluar los efectos del raloxifeno en la incidencia de episodios coronarios y cáncer de mama invasivo. El raloxifeno, de manera similar a lo observado en los estudios MORE y CORE, redujo el riesgo de cáncer de mama invasivo (CRI, 0,56; IC 95 %, 0,38–0,83).[
En el Study of Tamoxifen and Raloxifene (STAR) (NSABP P-2), se comparó el tamoxifeno con el raloxifeno en 19 747 mujeres de riesgo alto que se observaron durante una media de seguimiento de 3,9 años. La incidencia de cáncer de mama invasivo fue casi la misma con ambos fármacos, pero hubo menos cánceres no invasivos en el grupo de tamoxifeno. Los efectos adversos como el cáncer de útero, los episodios tromboembólicos venosos y las cataratas fueron más comunes en las mujeres tratadas con tamoxifeno; no hubo diferencia en los episodios de cardiopatía isquémica, accidente cerebrovascular o fractura.[
| Tamoxifeno | Raloxifeno | RR, IC 95 % |
---|---|---|---|
IC = intervalo de confianza; RR = riesgo relativo; TEV = tromboembolia venosa | |||
Cáncer de mama invasivo | 4,3 | 4,41 | 1,02, 0,82–1,28 |
Cáncer de mama no invasivo | 1,51 | 2,11 | 1,4, 0,98–2,00 |
Cáncer de útero | 2,0 | 1,25 | 0,62, 0,35–1,08 |
TEV | 3,8 | 2,6 | 0,7, 0,68–0,99 |
Cataratas | 12,3 | 9,72 | 0,79, 0,68–0,92 |
Incidencia de síntomas (escala de 0 a 4) | |||
Favorece al tamoxifeno | |||
Dispareunia | 0,68 | 0,78 | P< 0,001 |
Problemas osteomusculares | 1,10 | 1,15 | P = 0,002 |
Aumento de peso | 0,76 | 0,82 | P< 0,001 |
Favorece al raloxifeno | |||
Síntomas vasomotores | 0,96 | 0,85 | P< 0,001 |
Síntomas de control vesical | 0,88 | 0,73 | P< 0,001 |
Calambres en las piernas | 1,10 | 0,91 | P< 0,001 |
Problemas ginecológicos | 0,29 | 0,19 | P< 0,001 |
Inhibidores o inactivadores de la aromatasa
Es posible, que otra clase de fármacos que se usan para el tratamiento de mujeres con cáncer de mama sensible a las hormonas, también prevengan el cáncer de mama. Estos fármacos interfieren con la aromatasa, la enzima suprarrenal que permite la producción de estrógeno en las mujeres posmenopáusicas. El anastrozol y el letrozol inhiben la actividad de la aromatasa, mientras que el exemestano inactiva la enzima. Los efectos secundarios de los 3 fármacos son fatiga, artralgia, mialgia, reducción de la densidad mineral ósea y aumento de la tasa de fracturas.
Como se observó en los siguientes estudios, las mujeres con diagnóstico previo de cáncer de mama tienen un riesgo más bajo de recidiva y de nuevos cánceres de mama cuando se tratan con inhibidores de la aromatasa:
También se observó que los inhibidores o inactivadores de la aromatasa previenen el cáncer de mama en mujeres con aumento de riesgo, como se advirtió en los siguientes estudios:
Mastectomía profiláctica
En un estudio de cohortes retrospectivo, se evaluó la repercusión de la mastectomía profiláctica bilateral en la incidencia de cáncer de mama entre las mujeres con riesgo alto y moderado, a partir de los antecedentes familiares.[
La mastectomía profiláctica contralateral (MPC) hace referencia a la extirpación quirúrgica de la mama opuesta que no está afectada en mujeres que presentan cáncer de mama unilateral. Por lo tanto, las mujeres que se someten a MPC por lo general se someten a mastectomía bilateral para el tratamiento de cáncer de mama unilateral, y se notificó que la tasa de este procedimiento en las mujeres con enfermedad unilateral (DCIS y cáncer de mama invasivo en estadio temprano) aumentó del 1,9 % en 1998 al 11,2 % en 2011, según información de la U.S. National Cancer Data Base.[
En algunos estudios observacionales, se indicó que la MPC se relaciona con una disminución de la mortalidad por cáncer de mama, pero estos resultados por lo general se atribuyen a un sesgo de selección. Hasta ahora, no hay evidencia de alta calidad que indique que la CPM mejore la supervivencia general. Sin embargo, algunas mujeres con cáncer de mama unilateral, que tienen un riesgo alto de presentar cáncer de mama contralateral, podrían elegir de manera razonable someterse a una MPC para reducir el riesgo de un nuevo cáncer primario en la mama opuesta.[
Ooforectomía profiláctica
La ablación ovárica y la ooforectomía se relacionan con una reducción del riesgo de cáncer de mama en mujeres con riesgo promedio y en aquellas con aumento del riesgo debido a irradiación torácica. Para obtener más información, consultar la sección Estrógeno endógeno. En los estudios observacionales de mujeres con riesgo alto de cáncer de mama debido a mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2, se observó que la ooforectomía profiláctica para prevenir el cáncer de ovario también se relacionó con una disminución del 50 % en la incidencia del cáncer de mama.[
Referencias:
Anticonceptivos hormonales
Los anticonceptivos orales se relacionaron con un aumento leve del riesgo de cáncer de mama en las consumidoras actuales, pero este riesgo disminuye con el tiempo.[
En otro estudio de casos y controles, no se encontró un aumento del riesgo de cáncer de mama relacionado con el consumo de anticonceptivos inyectables o implantables de progestina sola en mujeres de 35 a 64 años.[
En un estudio prospectivo de cohortes nacional en Dinamarca, se observó que las mujeres que usan anticonceptivos hormonales o los usaron de forma reciente tienen un riesgo más alto de cáncer de mama que las mujeres que nunca usaron anticonceptivos hormonales. Además, el riesgo de cáncer de mama aumentó con el uso prolongado de anticonceptivos hormonales. Sin embargo, en términos absolutos, el efecto de los anticonceptivos orales en el riesgo de cáncer de mama fue muy bajo; se prevé alrededor de 1 caso adicional de cáncer de mama por cada 7690 mujeres que usan anticonceptivos hormonales durante 1 año.[
Factores ambientales
Se ha propuesto que todas las exposiciones ocupacionales, ambientales o químicas son causas de cáncer de mama. En metanálisis que describen hasta 134 sustancias químicas ambientales, sus fuentes y los biomarcadores de exposición, se indicó que es posible que algunas de estas se relacionen con el cáncer.[
Está claro que se plantean desafíos importantes a la hora de determinar si las exposiciones ambientales específicas influyen en el riesgo de cáncer de mama en los seres humanos. Las personas, a lo largo de la vida, están expuestas a una combinación de factores ambientales variable y difícil de cuantificar. Además, el cáncer puede tardar décadas en presentarse después una posible exposición, lo que dificulta la fidelidad del recuerdo. Por lo tanto, no es fácil determinar los efectos de una sustancia individual sobre el riesgo de cáncer de mama. Dado que hay que tener en cuenta tantos factores, cualquiera de las relaciones observadas se puede malinterpretar con facilidad por problemas analíticos de multiplicidades, dificultades en la cuantificación, y sesgos de memoria y publicación.[
Referencias:
Aborto inducido
Se propuso que el aborto inducido es un factor de riesgo del cáncer de mama. Los hallazgos de estudios observacionales han variado; en algunos estudios, se observó una relación, pero en otros no. Los estudios observacionales en los que se sustenta este vínculo fueron menos rigurosos y quizás sesgados debido a los diferentes recuerdos que tienen las mujeres de un tema sensible desde el punto de vista social.[
Alimentación
Hay pocos datos que indiquen que las modificaciones de cualquier tipo en la alimentación afecten la incidencia de cáncer de mama.
Hay muy pocos ensayos aleatorizados con seres humanos en los que se compare la incidencia de cáncer con diferentes tipos de alimentación. La mayoría de los estudios son observacionales—incluso análisis a posteriori de ensayos aleatorizados— y están sujetos a sesgos que pueden ser tan amplios que dificulten la interpretación de la observación. En particular, los valores de P y los intervalos de confianza (IC) no tienen la misma interpretación que cuando se calculan para el criterio primario de valoración en un ensayo aleatorizado.
En un resumen de estudios ecológicos publicado antes de 1975, se observó una correlación positiva entre las tasas internacionales de mortalidad por cáncer de mama ajustadas por edad y el cálculo per cápita de consumo de grasas alimenticias.[
Se llevó a cabo un estudio controlado aleatorizado sobre una modificación alimentaria con 48 835 mujeres posmenopáusicas de 50 a 79 años que también participaron en el Women's Health Initiative. La intervención fomentó la meta de reducir el consumo total de grasa en un 20 % y aumentar en forma simultánea el consumo de verduras, frutas y granos. El grupo de intervención redujo el consumo de grasas en aproximadamente un 10 % durante más de 8,1 años de seguimiento, lo que disminuyó las concentraciones de estradiol y gammatocoferol, pero no se tradujo en una pérdida de peso constante. La incidencia del cáncer de mama invasivo fue inferior, en términos numéricos pero no estadísticos, en el grupo de intervención; el cociente de riesgos instantáneos (CRI) fue de 0,91 (IC 95 %, 0,83–1,01).[
Con respecto a la ingesta de frutas y verduras, en un análisis conjunto de 8 estudios de cohortes en los que se incluyó a más de 350 000 mujeres con 7377 casos de cáncer de mama nuevos, se observó poca o ninguna relación según distintos modelos estadísticos.[
En el Women's Healthy Eating and Living Randomized Trial,[
En un ensayo aleatorizado realizado en España,[
Vitaminas
En ensayos clínicos se analizó la posible función de micronutrientes específicos en la reducción del riesgo de cáncer de mama, con la enfermedad cardiovascular y el cáncer como desenlaces. En el Women's Health Study, un ensayo aleatorizado con 39 876 mujeres, no se identificó diferencia en la incidencia de cáncer de mama a 2 años entre las mujeres que recibieron betacaroteno o placebo.[
La fenretinida [
Consumo de cigarrillos activo y pasivo
Durante más de 3 décadas se ha estudiado la función del consumo de cigarrillos como factor etiológico del cáncer de mama, y no se ha identificado una evidencia definida de esta relación.[
Desodorantes o antitranspirantes axilares
A pesar de las publicaciones escritas por personas sin entrenamiento profesional en las que se advierte a las mujeres que usar desodorantes o antitranspirantes axilares causa cáncer de mama, no hay evidencia que respalde esta inquietud. En un estudio de entrevistas a 813 mujeres con cáncer de mama y 793 controles, no se encontró ninguna relación entre el riesgo de cáncer de mama y el uso de antitranspirantes, desodorantes o cuchillas de afeitar antes de aplicar estos productos.[
Estatinas
En 2 metanálisis bien realizados de ensayos aleatorizados y controlados (ECA) [
Bisfosfonatos
Los bisfosfonatos orales e intravenosos para el tratamiento de la hipercalcemia y la osteoporosis se han estudiado por un posible efecto beneficioso en la prevención del cáncer de mama. Los estudios observacionales iniciales indicaron que las mujeres que usaron estos fármacos por períodos de aproximadamente 1 a 4 años tuvieron una incidencia más baja de cáncer de mama.[
Trabajo en turnos nocturnos
A partir de la evidencia obtenida en estudios con animales, el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) de la Organización Mundial de la Salud clasificó el trabajo por turnos que altera el ritmo circadiano como posible carcinógeno de la mama.[
El Generations Study del Reino Unido comenzó en 2003 para abordar los factores de riesgo y las causas del cáncer de mama. Se estableció una cohorte prospectiva de 105 000 mujeres y, mediante un cuestionario, se obtuvo información sobre la intensidad de iluminación en los dormitorios durante la noche en el momento de la inscripción y a los 20 años de edad. Los investigadores realizaron un seguimiento de las mujeres durante un promedio de 6,1 años y observaron 1775 cánceres de mama. Luego del ajuste por posibles variables de confusión, incluso trabajo en turnos nocturnos, no se encontró evidencia de que la intensidad de iluminación en el dormitorio durante la noche estuviera relacionada con un riesgo de cáncer de mama. El CRI de incidencia de cáncer de mama fue de 1,01 (IC 95 %, 0,88–1,15) en el análisis según la intensidad de iluminación entre la más alta y la más baja.[
Referencias:
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Incidencia y mortalidad
Se actualizaron las estadísticas con el número estimado de casos nuevos y defunciones para 2024 (se citó a la American Cancer Society como referencia 1).
El
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PDQ® sobre los exámenes de detección y la prevención. PDQ Prevención del cáncer de seno (mama). Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en:
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Última revisión: 2024-03-21
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